La calma antes de la tormenta

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Torre Hokage, oficina del hokage.

Si tuvieras que describir como se sentía Hiruzen Sarutobi seria no muy feliz.

Sus planes no habían salido como le hubiera gustado, no solo el Jinchuriki se había vuelto mas rebelde si no también mas fuerte e inteligente, esto era en si un peligro para el y todos los altos mandos en Konoha que secretamente habían conspirado con tal de mantenerlo lo mas tonto y dócil posible.

Pero por supuesto todo esto se había visto truncado por los eventos recientes donde no importaba lo que hicieran, cuantas travas o excusa pusiera, de una u otra forma casi sin darse cuenta el equipo 8 estaba destacando más que los otros equipos incluso más que el del Uchiha.

Sus misiones en el país de la Ola y el Demonio eran prueba de ello, y aunque pudo restarle merito a sus logros en casa con tal que no se le suba a la cabeza y se creyera estaba por encima de los demas, coffcoff a diferencia de cierto emo coffcoff, difícilmente podría silenciar la palabra de un daimio como lo era la sacerdotisa del país de los demonios que sin duda podría ponerlo en mala imagen pues su palabra valdría más.

Sin mencionar que el equipo de anbus que envió a capturarlo al bosque de la muerte jamás regreso, encontrándose entre ellos el único usuario mokuton que tenia para contrarrestar el chakra del Kyubi lo que por si solo significaba una gran perdida la cual no podía sancionar pues prácticamente significaría admitir que envió un grupo de asesinos a cazar como animales a un equipo de la aldea en donde se encontraban dos herederos de clanes. Si Shibi y Hiashi se enteraban quien sabia de lo que eran capaces de hacer. 

Ahora mismo se encontraba sentado en su oficina esperando que el anbu que envió a traer al Uzumaki regresara con el chico para poder "charlar" mientras secretamente mandaba a Inoichi junto al equipo de sellado para que se preparara e hicieran un lavado de cerebro.

-¿Hasta cuanto más se va a demorar? lo envié hace casi una hora y aun no regresa es una clara muestra de insubordinación.

Dijo indignado lo cual es hipócrita teniendo en cuenta como Kakashi se demoraba el doble y a el no le decían nada.

-De haber sabido que todo esto se saldría de las manos jamás le habría asignado Kurenai a Naruto.

El viejo Hokage se lamento de su decisión no queriendo más que retroceder en el tiempo y rechazar la solicitud de la Yuhi. De hecho ya estaba comenzando a formular algunos planes para quitarla de la ecuación usando pruebas falsas de negligencia o ser una mala instructora, mentir en sus informes de misión, que el nivel de sus genin no es lo suficientemente bueno, etc.

Toctoc.

Se escucharon unos golpes en la puerta antes de pedir permiso.

-Disculpe Hokage-sama, Naruto Uzumaki ya se encuentra aquí.

-Déjalo pasar.

Tras escuchar que el niño que tanto dolores de cabeza le ha causado ya se encuentra aquí no tarda en arreglarse para aparentar ser el mismo abuelo gentil que el tonto Naruto tanto admiraba.

Cuando la puerta se abrió y lo primero que vio fue una cabellera pelirroja sonrió ligeramente aunque su sonrisa duro poco cuando ingreso una segunda persona a la habitación. Larga y risueña cabellera azabache, finos labios carnosos, un cuerpo envidiable, un hermoso rostro de ángel ligeramente arrugado por un ceño fruncido y unos hermosos ojos rojos que lo miraban con intensidad.

-¿K-Kurenai? ¿Que haces aquí? No te mande a llamar-

Trato de decir perdiendo ligeramente la compostura sintiendo como sus planes de lavado de cerebro se arruinaban incluso antes de ponerse en marcha con la simple presencia de la mujer.

El poder de la observaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora