Era un día soleado en las vastas planicies donde alguna vez se erigió la fortaleza de la Arboleda de Hierro. El resplandor del sol se intensificaba mientras los ecos de la guerra y el conflicto resonaban en los alrededores. En ese momento, un asedio estaba en pleno desarrollo.
Caballeros, guerreros, bárbaros y magos, todos vestidos de azul, intentaban con todas sus fuerzas asediar la fortaleza, pero eran ferozmente repelidos por las fuerzas enemigas.
Desde los cielos, hechizos llovían sin cesar, mientras regimientos de caballeros y arqueros montaban en sus dragones carroñeros, buscando aniquilar a sus enemigos una vez más.
Hombres y mujeres caían en pozos de profundidad insondable, mientras eran asaltados por una extraña mujer de piel roja que masacraba a todos a su paso. A su espalda, ballestas de asedio disparaban oleadas de troncos afilados, encantados con magia explosiva, devastando toda el área y forzando a las pocas tropas que quedaban a huir, abandonando cualquier disciplina para ceder a sus instintos más básicos en busca de supervivencia ante la muerte inminente.
Y así, con un grito de júbilo, las tropas de la fortaleza conquistada celebraron otra gloriosa victoria. Este evento se había repetido tres veces a lo largo del mes desde que la fortaleza fue conquistada, siendo este asalto el cuarto. Mientras todos celebraban otra victoria, en la fortaleza misma, en una de las habitaciones, se encontraba una mujer de cabello blanco con mechones negros, lidiando con un enemigo igualmente formidable para mantener el funcionamiento continuo de la fortaleza: el papeleo.
Aghhhh *bam* ¿Ya falta poco, joder? -dijo Ozën, dejando caer su cabeza sobre la mesa de su oficina-
Pov Ozën:
Había pasado un mes desde que el plan de asedio New Era fue puesto en marcha. Con nuestra victoria, surgieron tanto cosas buenas como malas. La principal era que, mientras estábamos reparando la fortaleza durante la primera semana, tuvimos el primer asalto. Ahí tuve que intervenir, usando mi grimorio y mis magias para mantener a todos los enemigos a raya, mientras Eryndor y Nymeria luchaban para masacrar a todos a su paso.
Zareck se había quedado a coordinar las defensas, Leif estaba haciendo llover literalmente flechas sobre nuestros enemigos y Thalos se había encargado de empezar el empuje para repeler a las tropas. Pero cuando todo terminó, aunque ganamos, la fortaleza había quedado muy dañada... De nuevo. Por lo que tuve que acelerar las cosas con mi magia solo para asegurarme de que no sucediera de nuevo, aunque eso trajo su propia cantidad de problemas.
Lo primero que hicimos fue modificar el arsenal. Ahora las armas de asedio tienen encantamientos mágicos que les permiten moverse mejor, disparar proyectiles encantados y, para los que no, les dimos una estructura mucho más sólida para que los arietes rompieran las filas con eficiencia.
Aparte de eso, creo que estaba el asunto con Kaltar y mi ascenso. Supuestamente, por lo que había leído, estaba bastante alegre por lo que había logrado y que incluso el Rey Demonio había escuchado de mi hazaña, lo cual era bueno. Mientras más gente reconociera mis logros, mejor.
...
<Aún así sería recomendable que no haga algo demasiado grande no sabemos cómo reaccionaria los humanos si tratara de hacer algo como asaltar su capital con una lluvia de meteoritos>
......
<siempre que la cosa se ponga dificil solo usame y tendremos la situación bajo control>
...Si si se perfectamente que ustedes son mi respaldo más confiable cuando las cosas se ponen complicadas -les respondí-
Luego de eso, empezamos a reforzar las defensas, ya listos para la siguiente pelea. En ese momento, habían mandado una oleada de monstruos bastante peligrosos, como varios tipos de dragones menores y varias bestias aéreas, lo cual nos hizo replantear nuestra defensa. Ahora nos enfocamos en el combate aéreo. Con magia de metal, madera y cadenas, más muchas pociones de mana y magos lo suficientemente buenos como para analizar mis construcciones, pudimos crear algunos arpones que eran capaces de causar una parálisis total en el objetivo. Luego colocamos todos los arpones en las murallas junto a las ballestas de repetición para no solo inmovilizarlos si no también destrozarlos con una lluvia de flechas.
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|Hunting in the multiverse| (En Adopción)
MaceraUn día como cualquier otro, nuestro protagonista se fue a dormir después de hacer su tarea. Pero cuando se despertó, se encontró en un lugar extraño. No era el cielo ni el infierno, sino algo intermedio. Un ser se le acercó y le dijo que había muert...