'capitulo 10' (Final)

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En los dos años que México estuvo en prisión no la pasó nada mal, claro, cuando había gente no podían actuar como pareja, pero cuando nadie los miraba se comían, se manoseaban, se besaban etcétera.

Debe de admitir que la pasó mejor que otros reos. Mucho mejor.

Hoy era el día en que salía de ese lugar.

Estaba emocionado.

No durmió la noche anterior, solo esperaba poder salir de ahí y, ya había pensado en los lugares dónde llevaría a su amado Rusia.

Tenía todo planeado para cuando saliera de ese lugar. Absolutamente todo.

España y Argentina ya se habían enterado de la relación de Rusia con México. Y los guardias que estaban allí fueron sobornados para que no dijeran absolutamente nada a nadie. En la prisión solo seguían siendo criminal y policía.

Cuando escuchó la llave en la cerradura se emocionó, se colgó su mochila en un hombro, se colocó bien su máscara y se preparó para salir. Rusia abrió ambas puertas, ya lo esperaba a fuera con una media sonrisa.

México lo jaló hacia adentro y le plantó un beso. Rusia no tardó en correspondeer.

Ambos separaron sus labios, pero mantuvieron sus frentes juntas. Con voz ronca México le susurró.

¿listo, rusky? Desde hoy no me voy a separar un minuto de ti.

Rusia sonrió. Había estado sonriendo mucho desde que inició su relación con él mexicano, le dolían las mejillas, no estaba acostumbrado a sonreír.

claro, más listo no puedo estar. —le respondió

Caminaron juntos hasta llegar a la salida, donde estaba una enorme puerta que resguardaba todo el lugar.

Rusia se paró a un lado de él, no podía salir con México, estaba aún en horas de trabajo, por lo que solo lo iba a acompañar a la puerta.

Rusia miró a uno de los guardias que estaban a cargo de la puerta y le hizo una señal para que abriera la puerta. Él guardia hizo lo propio. Jaló una palanca y la puerta se abrió poco a poco.

Otros policías apuntaban con sus armas a México, no tenían que confiarse de un criminal.

México miró en frente, donde ya estaba la puerta completamente abierta, y después miró a Rusia y le sonrió de la manera mas dulce posible.

te esperaré, rusky — le dijo adiós con la mano y salió.

La puerta se fue cerrando poco a poco y Rusia solo pudo mirar la figura de México hasta que la puerta se cerró por completo.

Confiaba plenamente en México que no se escaparía a ningún lado, así que podría estar tranquilo.

México se fue directamente a dónde vivía antes. No tenía las llaves, pero forzó la puerta y pudo acceder a ella.

Todo estaba igual que hace dos años, claro, solo que con más polvo, telarañas, insectos, suciedad, pero todo estaba igual.

Recorrió la caza con lentitud, se sentía tan raro volver despues de dos años de estar viviendo en una celda. Se sentía nostálgico. Recorrió ese espacio, la casa no era muy grande, pero era suficiente y era de él.

No tenía tampoco casi muebles, solamente lo indispensable, como la cama, el ropero, la estufa, algunos muebles para poner cosas, la mesa, sillas y dos sillones rotos y pequeños, claro robados también.

La mayoría de cosas que estaban en esa casa eran robadas.

Comenzó a limpiar cada rincón de la casa, todo, todo, todo, todo, absolutamente todo. Las paredes eran de un color blanco, pero con el paso del tiempo se llenó de humedad y polvo, así que tendría que volver a pintar todo, el piso era de madera ya muy vieja y desgastada así que también tenía que repararlo.

Mi corazón es para ti 。⁠♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora