Nai vio que Vash había llegado a casa, le había dado la bienvenida con un plato de comida y una guarnición de pudin en la mesa del comedor, y luego regresó a su despacho. Ahora deseaba haberse quedado con Vash y hablar con él, disculparse o expresar su remordimiento de alguna manera.
Las cosas no habían vuelto a ser lo mismo con su hermano desde el otro día y aunque habían hablado esta mañana, la conversación no había ido bien. Aun así, Nai había obligado a Vash a subir a su coche para llevarle al trabajo después de casi exigirle que se quedara.
Pero vio cómo los ojos de Vash perdían brillo, cómo su pelo perdía lustre y sus hombros se desinflaron mientras su hermano intentaba controlarlo. Cada vez era más difícil para Nai, se acercarían a los treintena, y les quedaba mucha vida por delante.
Vash tenía razón, no podían permitir que ese monstruo siguiera arruinando sus vidas.
Pero ¿cómo permitir eso, cuando el bastardo podría aparecer en su puerta en cualquier momento?
Nai estaba en su oficina, listo para volver y hablar con Vash en lo que este comía, cuando recibió la alerta de que la puerta principal se había abierto. Al hacer clic, vio a Vash salir corriendo bajo la lluvia hacia su propio coche. Tragando, saltó por la puerta de su despacho y se precipitó escaleras abajo, agarrándose a la barandilla al llegar al último escalón para no parecer un psicópata.
Se disponía a disculparse con Vash, pero ¿ahora corría tras él? Cuando lo alcanzara ¿qué iba a hacer?
Una parte de él justificaba la persecución porque quería preguntarle a su hermano adónde iba, pero la otra quería agarrar a Vash y decirle que se metiera dentro. Estaba a salvo y seco en su casa.
El teléfono de Nai recibió un mensaje.
.·Tengo que comprobar una cosa, ahora vuelvo·.
.·Vale. Ten cuidado·. Su respuesta fue cortante.
.·Conduciré despacio·.
Con un gran suspiro, Nai volvió a guardar el teléfono en el bolsillo y se dirigió a la cocina para recoger la comida. Le chocó, pero no le sorprendió, que en los pocos momentos que había pasado en el comedor se hubiera comido el pudin pero hubiera dejado la nutritiva comida sin tocar.
Nai se rió mientras envolvía el plato principal, puede que Vash pensara que había ganado la batalla pero Nai sin duda había ganado la guerra. Sabía que a su hermano le gustaban los dulces y las comidas pequeñas, así que siempre encontraba la forma de colar las malditas proteínas en sus comidas.
Por mucho que Vash insistiera en que no era un cachorro, Nai tenía que esconder verduras en su comida a la madura edad de 26 años. Vash siempre había sido así y sólo empeoró después de su ataque. Lo que fuera que Nai había estado haciendo estaba funcionando, porque su hermano estaba forma, más que en lo que lleva de vida; de alguna manera.
Una vez guardada la comida, volvió a enviar un mensaje a Vash.
.·Me alegro de que te gustara el pudin VEGGIE·.
Afortunadamente no hubo respuesta, si la hubiera habido le habría dado una colleja a Vash por mandar mensajes y conducir a la vez
Vash nunca le pidió que actuara como un padre para ellos, Nai simplemente terminó haciéndolo. Nunca se lo había esperado, simplemente se metió en el papel con un odio abrasador en su corazón por todos los que les rodeaban.
Un breve pensamiento pasó por su mente, la idea de colocar un rastreador en el coche de Vash. Esto le ayudaría a saber a dónde se dirigía en todo momento, ya que no había preguntado a dónde iba.
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Dawn And Dusk -Vashwood - omegaverse
FanfictionNikolas D. Wolfwood siempre asumió que Dios había pintado el cielo con cuidadosas pinceladas de azul y blanco, colocando el sol y la luna, perfectemente, en su lugar. A medida que crecía y su fe se desvanecía, tomó el cielo por lo que era; una obra...