El resto del desayuno transcurrió en silencio, con Vash olfateandolo de vez en cuando mientras intentaba no echarse a llorar de nuevo. No había mucho que Nick pudiera hacer, aparte de empujar servilletas en su dirección con la esperanza de que las usara. Su mano a veces le daba un suave golpecito en la rodilla si Vash se quedaba callado demasiado tiempo.
Durante este tiempo, Vash comió los donuts lentamente, saboreando el sabor de algo que le hacía feliz. La cara seguía escociéndole, el dolor era mucho más mental que físico. Había pasado por cosas peores, pero tenía que decirse a sí mismo que eso no significaba que esto estuviera bien.
Era duro pensar que Nai había hecho algo malo, también lo era darse cuenta de que su hermano no había cumplido la promesa que le había hecho. En silencio, Vash se preguntó cuándo Nai podría haber dejado de ir a terapia.
Un agujero oscuro comenzó a formarse en su pecho, sus ojos se clavaron en la mesa cuando pensó que podría haber sido culpa suya.
¿Habría dejado de ir Nai para no perderlo de vista?
No, se corrigió Vash. Tenía que evitar caer en una espiral, en un lugar del que hacía tiempo que se había arrastrado a sí mismo.
— Rubito. — susurró Nick. — ¿Bebes suficiente agua para llorar tanto?
Vash había querido reír, pero le temblaban los labios al intentar no llorar. Así que su cara se contorsiona y emitió un desagradable resoplido. Era vergonzoso, pero Nick no le hizo sentir mal por ello.
— ¿Quieres llorar o hay algo que pueda hacer? — Nick fue gentil y amable con él.
Tragando saliva, Vash quiso pedir que lo perfumaran de nuevo, lo había hecho sentir mejor. La única vez que lo habían perfumado había sido cuando estaba perfumado de la manada y eso no era lo mismo.
No era lo mismo alguien que era un miembro de su manada, a un externo que era un alfa.
— Manos a la obra. — carraspeó Vash, poniéndose de pie al tiempo que se limpiaba la cara con una mueca de dolor. — Si lloro al menos mantendré las plantas húmedas ¿no?
— Lo que tú digas.
Antes de ponerse a trabajar, Vash borró la grabación desde que había entrado en el aparcamiento hasta que Nai había salido de él. No soportaba volver a ver lo sucedido e hizo lo prometido. Esperaba que nadie más lo hubiera pillado, esperaba que ningún peatón de camino a su camino matutino hubiera visto a su respetado hermano atacando a alguien.
Su pecho se sintió pesado por un momento, pero se aligeró cuando llevó a Nick al invernadero. Detrás de la tienda principal y del falso invernadero contiguo, había una puerta cerrada con llave que conducía a las plantas que aún no estaban listas para la venta o que se venderian en otra época de la temporada.
Nick se quedó con la boca abierta al entrar en la parte real del vivero de The Seed. La habitación estaba húmeda y olía a lo que él supondría que olería una selva tropical. En algunos lugares había aspersores, pero parecía que aún no se habían instalado en todo el lugar.
Lo que significa que los dos terminarían regando y fertilizando a mano todo lo que estaba en el calendario escrito en la pared.
— Esto es increíble. — Nick miró con asombro, había plantado unos pocos y le dolía la espalda, no podía imaginar cómo Vash hacía esto para ganarse la vida y lo disfrutaba. — ¿Hiciste todo esto tú mismo?
— Una vez que las pongo en marcha, tengo algunos empleados que vienen y las cuidan tan pronto sus tallos son lo suficientemente fuertes. Soy un padre de plantas nervioso. — bromeó. — me cuesta dejar que otros las cuiden.
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Dawn And Dusk -Vashwood - omegaverse
Fiksi PenggemarNikolas D. Wolfwood siempre asumió que Dios había pintado el cielo con cuidadosas pinceladas de azul y blanco, colocando el sol y la luna, perfectemente, en su lugar. A medida que crecía y su fe se desvanecía, tomó el cielo por lo que era; una obra...