Will
Cerré la puerta de mi habitación.
Me senté en la silla giratoria frente a mi escritorio, prendí la lámpara que tenía a un lado y me mantuve mirando fijamente la cosa frente a mí.
—Muy bien y.... ¿Qué te gusta hacer?
Obviamente, el cactus no respondió.
Pestañeé aburrido.
—Cierto, primero debo presentarme, perdón —aclaré mi garganta—. Hola soy Will ¿y tú?
Ya saben lo que hizo el cactus ¿no?
Cactus = Nada, 0 movilización.
—Claro —chasquee mis labios—. Eres de pocas palabras, creo que deberíamos conocernos si ahora estaremos mucho tiempo juntos ¿no lo crees? —miré hacia mi derecha y volví a centrarme en él—. ¿Por qué no empezamos con lo que nos gusta?, por ejemplo, a mí me gusta el fútbol, las chicas y....ay parezco estúpido hablando con un cactus —me recosté en mi silla para mirar el techo.
¿Realmente tenía que hablarle?
Sin levantar la cabeza del respaldo, clavé mi vista en el cactus.
Hasta que escuché unos toques en la puerta.
—¿Hijo? —mamá habló detrás de ella.
—¿Mmm?
—¿Está todo bien? Creí escucharte hablar.
—Todo está bien, y no solo...veía un video —respondí, sin dejar de mirar al pequeño ser vivo.
—De acuerdo —respondió, capté como se alejó de la puerta—. Creo que estoy comenzando a delirar —alcance a escuchar que se dijo a sí misma.
—Creo que yo también —dije en voz baja, miré al techo una vez más—. Ah—exclamé y cerré mis ojos.
Esto iba a ser más difícil de lo que creía.
Claris
Me cuestionaba el cómo le iría a Will con la nueva tarea en los siguientes días. Pero más el ¿Cómo le estaría yendo en ese momento? Luego de irnos del parque no se veía muy bien que digamos con el cactus.
No sé porque lo miraba tan difícil.
Era muy fácil.
Coloqué a mi Mevak—mi cactus—en la ventana de mi cuarto, por la parte de adentro. Aquí era buen lugar, ya que entraba luz. Posee mis brazos en la pequeña barrita de la ventana y encima de ellos plasmé mi mentón.
—No te sientas solo, pequeño —le susurré—. Y no te preocupes por tu amigo, sé que está en buenas manos.
Oigan, en buenas manos, ¿se refiere a que está con Will?
Si, me refería a él.
Ay, dios, me asustaste mensa, pero bueno, si tú lo crees nosotros también.
Gracias, aunque siendo sincera, si me preocupaba un poco.
Así que no creí que un poco de ayuda viniera mal.
Tomé mi celular para mandarle mensaje a Will y poder explicarle el mejor lugar para poner a su cactus.
Claris:
Hola, ¿Llegaste bien a casa?Le di enviar al mensaje y esperé con paciencia su respuesta.
Will
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Querida Claris
RomansaWill y Claris tenían una perspectiva de lo que era el amor. Y solo les bastaron 6 meses para descubrir lo que en verdad era, para saber que el amor iba más allá de lo superficial. Un mismo cielo, mismas nubes, pero diferentes personas. -No sé que oc...