Agosto

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Aire frío, abrazos cálidos, pensamientos alegres, jamás me imaginaría que algo malo sucedería, de ensueño nuestros días, amo compartir este momento a tu lado, café caliente, el inverno era la excusa perfecta para mimar y besar, acariciar tus rizos era mi pasatiempo favorito, jamás podría pensar que te irías el aquel primero de agosto, en pleno cumpleaños de tu madre, sentí pena porque ese día no existieron contemplaciones, perdiste los estribos, yo también.
Recuerdo aún que mantenía mi fe e ingenuidad sobre el hecho de que me seguirías amando sí trataba de apaciguar a los caballos de la ansiedad, me estaba perdiendo, me volví la versión que tú querías de mí, en ningún lugar pude ser contigo, te amaba tanto como para tratar de reescribir mi ser, nada bastó, te fuiste de mí como hojas a merced de la brisa invernal, creí que ser quién tú querías que fuera haría que me amarás más, cuando tú ni siquiera lo intentabas.
¿Para qué llevabas a este amor hacia el paraíso para luego dejarme abandonado a medio camino?
¿Alguna vez intentaste besarme tanto como aquella vez en la ruta alejados de la cuidad?
¿Qué dirías sí supieras que en medio de la avalancha jamás te quise soltar?
¿Me amaste alguna vez solo era tu excusa para rellenar tus horas vacías?
¿Alguna vez has pensado en cancelar tus planes por mí?
¿Porqué me dejaste solo y abrumado estos días de agosto?
¿Podrá algún día irse el sabor amargo que dejaste en mí aquel agosto?
Te amé tanto desde aquella primera helada de mayo cuando prometiste que jamás te irías, cuando en realidad solo te ibas y aparecías, yo solo fui para ti tu plan de contingencia, tu línea de ayuda cuando nadie más está, te esfumaste tan rápido como el malbec de mi copa, me dejaste desolado como Ciro al invadir Babilonia, fuiste un susurro en el viento que dice amarte pero te abandona en el silencio, aquel primero de agosto supe que nada conoce de la longevidad y astucia del tiempo, porque cuando creí que eras mío, jamás lo has sido.
Jamás podría pensar que te irías aquel primero de agosto, en plena madrugada, en el apogeo del cumpleaños de tu madre, sentí pena porque ese día no existieron contemplaciones, perdiste los estribos, yo también.

MohinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora