𝐗𝐈𝐈

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Ginevra Penderghast.

Las emociones reprimidas no son para nada recomendadas, a hasta mi ahora diecinueve años entendí el porqué, desde mis siete años crecí sin mi mamá debido al supuesto incendio en la panadería, mi padre se hace oídos sordos, pero ambos sabemos que todo fue un ajuste de cuentas, desde ese día la vida de los dos cambio por completo, mi papá dejo en absoluto abandono la disquera hasta que logre recuperarla a mis catorce. Todo parecía ir mal, hasta que una noche lluviosa llego el chico de mis alegrías, nunca imagine que una acción tan simple podría hacer que mi rutina diaria cambiara drásticamente.

El día de hoy me había puesto de acuerdo con Timothée para vernos, últimamente estaba cerrando la tienda temprano o simplemente me daba vacaciones a mí misma. El ambiente estaba tan fresco la primavera estaba en su punto perfecto, todo en mi mente paro cuando vi a ese hombre recostado levemente a un árbol junto a su Beagle, me dejó sin palabras lo inalcanzable que se veía.

-¡Hola, durazno de mi vida! -Dije saludándolo con un beso en su mejilla.

-¿Durazno? Nunca me habías llamado así. -Dijo con una sonrisa y sus mejillas levemente rosadas.

-Tu amiga me dijo que te llamará así, me dijo que no me arrepentiría de ver tu reacción. -Le dije con una risa nerviosa, sus mejillas eran muy tiernas. -Y no se equivocó.

-Oh, ¿Ya hablas con Saoirse?

-Me escribió por correo y después empezamos a hablar por WhatsApp.

-Ella es muy buena persona, un poco imperativa, pero linda persona, seguramente se hacen muy buenas amigas. -Me dijo sonriéndome. -Por cierto, en unos días vendrá uno de mis mejores amigos, quiere conocerte.

-Está bien, me gustaría conocerlo. -Dije poniéndome de cuclillas para acariciar al perrito. -¿Cómo se llama?

-Es Igor, es una belleza.

-Sí, es demasiado lindo. ¿Jugamos?

-Obvio. -Dijo dándome un beso en mi frente y soltándolo de la correa.

Estuve corriendo y jugando con ellos por todo el parque, hasta el punto de que sentí que mis pulmones pedían ayuda, me recosté en un árbol agotada, Timothée inmediatamente vino y me dio un beso en mi mano recostándose también a nuestros pies se acostó Igor.

-¿Vamos por un helado? -Me dijo agachándose para ponerle la correa.

-No vendría mal.

Ambos caminamos hasta el puesto de helados del parque, nos íbamos comiendo el helado por mientras íbamos camino por mi casa, hasta que me quise despedir dos calles antes de mi casa.

-¿Segura que quieres que te deje acá? -Dijo él terminando su helado de limón. -No es problema tener que dejarte en la puerta de tu casa.

-Tranquilo, hasta luego Timmy. -Dije dándole un suave beso en sus labios. -Me avisas cuando llegas a tu casa, te amo.

-Yo aún más princesa. -Dijo sonriéndome atontadamente. -Y por favor no mires las películas que Saoirse te recomiende.

-La curiosidad me mata. -Dije riéndome y alzando los hombros.

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LA NOCHE MAS LINDA ─── Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora