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Lee Minho no tenía idea, pero cuando terminó la secundaria juró a sí mismo olvidar a Hyunjin, y poder empezar otro capítulo de su vida, donde no hubieran personas que distraigan su mente a cada instante, y esperaba lograrlo, sin aquel rubio a su alrededor todo se volvería algo más fácil, pero no esperaba que el primer día de clases, hubiese visto a un rubio tan similar a Hyunjin, y es que él no quería asumir que era el mismo hyunjin que conocía de su escuela.

Así que simplemente omitió a su corazón, nuevamente, para dirigirse a su nuevo salón a tomar sus clases. El día había pasado tranquilo, había conocido a un par de personas de su misma carrera, pero al día siguiente, en una clase se encontró a Hyunjin sentado en medio del aula. Intentó que su mente lo eliminará de su memoria para poder tomar sus clases tranquilamente, lo que menos pensaba era que el rubio justo alzara su vista, lo viera y le hiciera señas para que se acercara.

Minho no estaba preparado para tener una conversación, la verdad es que nunca sintió que necesitaba esa preparación porque nunca espero ni pensó en hablarle.

— Es bueno ver una cara conocida, ven sientante conmigo— y ese era Hwang, alguien que se tomaba todo a la ligera como si el corazón del otro no estuviera a punto de salir corriendo.

Minho no puso resistencia, se sentó a su lado y le sonrió tímidamente,  no sabía que hablarle, su mente estaba hecha un lío mientras miraba al menor feliz por verlo.

— Supongo que estudias para ser profesor— se atrevió a adivinar.

— ¿Cómo supiste?

— Minho, todos acá estudiamos para ser profesores, no tenía idea que te gustaba, yo creía que ibas a estudiar derecho o medicina, tus notas eran excelentes— habló eufórico, estaba emocionado de encontrarse con una cara conocida.

Y minho solo pudo sonreír, no tenía idea que decir, su mente se nubló de sus sentimientos, amaba escuchar a Hyunjin hablar emocionado, como si lo que acabara de pasar fuera lo más sorprendente de su vida. Y así la charla dio fin con el ingreso de la profesora al salón. Minho casi no prestó atención, toda su mente gritaba que Hyunjin estaba a su lado y su corazón eufórico no lo dejaba tranquilo.

Cuando terminó la clase, Lee solo pensó en decir adiós y huir, lo que no esperaba fue que Hyunjin le empezara a charlar de manera animada sobre su día anterior, y así fue hasta el camino al casino de la universidad, donde no paraba de hablar, como si fueran amigos de toda la vida. Minho solo se limitaba a escuchar, hipnotizado por la voz de hyunjin, nunca espero que el rubio le hablara, así que estaba aturdido con la cantidad de información que Hyunjin botaba.

— Ah que estúpido soy— soltó Hyunjin, alertando al mayor—, ni siquiera te he preguntado, ¿qué pedagogía estudias?

— Oh... Literatura— habló tímidamente.

— No me digas que vas a ser como el profesor Do, ese viejo no paraba de juzgar cada comentario que hacía —se quejó.

Y cómo no, si evadía todas las advertencias con respecto al color de su pelo y sus comentarios en clases no aportaban en nada, Hyunjin era una diamante en bruto si hablamos de las artes visuales, pero para la literatura era un asco. Al contrario de Minho, que para el todo ese mundo estaba muy alejado de su propósito.

— Yo estudio para ser profesor de artes, pensé estudiar artes visuales simplemente, pero me gusta más enseñar.

Comieron tranquilamente y Hyunjin hizo que Minho le diera su número de teléfono para estar en contacto, lo obligó a que le mostrara su horario de clases y lo comparó con el suyo, dándose cuenta que compartían otras dos clases más. Feliz el rubio con aquella información, lo dejó en paz para irse a una de sus clases de anatomía.

Amor Platónico | HYUNHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora