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El fin de semestre se acercaba y con ello todos los exámenes, Minho no podía permitirse pasar tanto tiempo con Hyunjin, más allá de las clases, ya que debía enfocarse en sacar buenas calificaciones y no reprobar, lo cual era ilógico, con las notas que tenía podía faltar perfectamente a los exámenes y aprobaría de igual manera. Pero para Hyunjin la semana fue algo más dura, no tenía excelentes calificaciones, nunca las había tenido, pero ahora su futuro estaba en juego con esto y tenía que demostrar que merecía aprobar.

Y la cosa no cambió durante ese año, Lee Minho entregándole libretas llenas de frases y párrafos, y Hyunjin entregándole dibujos y pinturas de lo que sus escritos llegaban a inspirarle. Fue hasta un año donde Minho vio a Hyunjin llorar desconsoladamente en los baños de la universidad, entró en pánico e intentó que se fueran de ahí hacia un lugar más tranquilo, fueron horas de esperar para que el rubio se tranquilizara para poder hablar de lo que lo tenía tan triste.

— Mis padres se enteraron de que me gustan los hombres— se confesó.

— Hyunjin...

— Por favor Minho —le tomo de las manos, entrando nuevamente en pánico—, no te alejes de mi, eres lo único que me queda.

Y Minho lo abrazó, sin decirle nada intentó demostrar que se iba a quedar ahí, incondicionalmente para el menor. Minho siempre supo que tenía mucha suerte que sus padres lo hayan aceptado, pero sabía que no todo el mundo pensaba igual, y eso parecía incluir a la familia de Hyunjin, quien se quedó solo después que le dieron la espalda de un día a otro, dándole un plazo de un mes para irse de la casa y se independizara, fue lo último que mostraron de humanidad hacia él. Minho no se quedó de brazos cruzados, le ofreció quedarse en su casa durante un par de días mientras pensaba sobre qué hacer, los padres de Minho no dijeron nada al respecto y sólo le dieron la bienvenida, además era la primera vez que Minho llevaba a alguien a la casa sin contar a Yuqi y Nicha. Hyunjin pasó una semana buscando departamentos donde quedarse, tenía un poco de dinero ahorrado pero pronto tendría que buscar un empleo de medio tiempo para sustentar sus gastos.

— Tengo una idea de lo que hacer, pero necesito tu ayuda— le contó Hyunjin un día a Minho.

— ¿Cómo puedo ayudarte?

— Vamos a vivir juntos, encontré un departamento para dos muy bueno, compartiriamos gastos y no nos saldría tan caro— dijo emocionado.

Y a Lee Minho se le pasaron mil ideas por la cabeza en ese segundo, él no pensaba dejar su hogar aún, pero por Dios, el mismo Hyunjin le propuso ir a vivir juntos, podría pasar más tiempo con él, sus fantasías se dejaron volar pero las detuvo apenas tuvo un poco de tiempo, y pensó que no sería tan mala idea ir a vivir con él rubio, como amigos obviamente, al final todo iba a ser para apoyarlo y ayudarlo. Terminó de convencer a sus padres e inmediatamente iniciaron su mudanza, los padres de Minho como regalo decidieron pagar los primeros 3 meses mientras ellos se acomodaban y buscaban un buen trabajo.

El nuevo departamento les quedaba mucho más cerca de la universidad, así que podrían ahorrar el gasto de los pasajes de transporte, Minho encontró trabajo en una biblioteca cercana, lo cual era perfecto para el pelinegro, y Hyunjin encontró trabajo en el minimarket de la esquina de su departamento como vendedor. Entre los estudios y el trabajo era poco lo que se veían, pasó un momento en el que incluso no se encontraban másque en un par de clases, pero Minho jamás dejó de cocinarle al menor su almuerzo, era él el que se encargaba de eso. Había logrado mantener un equilibrio en su vida entre los estudios y el trabajo, pero la verdad a veces si se sentía frustrado de no ver mucho a Hyunjin, no era como si pensara renunciar o arreglar sus horarios para estar con él menor, Minho históricamente no hizo nada para acercarse a Hyunjin.

No fue hasta que un día Minho invitó a Felix al departamento para hacer un trabajo, nunca había llevado a nadie y simplemente lo invitó porque les era más cómodo hacer el trabajo ahí. Minho preparó el almuerzo para tres personas está vez, sabía que Hyunjin llegaría en un momento al departamento y se arreglaría para ir a trabajar, así que dejó su almuerzo ordenado en un tupper, mientras que lo demás lo ordenó en unos platos. Decidieron primero descansar un poco, comer cómodamente y luego trabajar en el proyecto, fue entonces cuando llegó Hyuunjin, caminó deprisa hacia su habitación para cambiarse de ropa y dejar su mochila ahí, se arregló y fue hasta la cocina para buscar su almuerzo e irse, pero la presencia del otro rubio le llamó la atención y le molesto que estuviera ahí.

— Minho, ¿puedes venir?, necesito decirte algo.

Minho se levantó sin sospechar nada de la escena que le armaría el menor.

— No puedes simplemente traer a alguien al departamento.

— Lo siento, pero es para hacer un proyecto, no podíamos ir a su casa.

— No vuelvas a traerlo.

Y Hyunjin salió del departamento dejando a Minho con una sensación de angustia, que crecía a cada segundo en su pecho. Minho no se terminó el almuerzo porque estaba nervioso y debían terminar el trabajo antes que llegara Hyunjin, puso más de su 100% para terminar a tiempo y sacó a Felix de su casa lo más cordialmente posible. Se quedó en su habitación leyendo un libro para la universidad sin esperar a que Hyunjin llegara. Se quedó dormido sobre su cama con el libro a medias, eran más de las 1 am cuando sintió un fuerte sonido desde la entrada del departamento, se acercó con cautela para darse cuenta que Hyunjin estaba tirado en la entrada. Se acercó rápidamente  y lo ayudó a levantarse, estaba completamente ebrio, eran pocas las veces que tenía que ayudar a Hyunjin, pero está ve, se sintió diferente, como si le debiera explicaciones.

Hyunjin por su parte no sabía porque necesito tomar tanto, no sabía que era lo que lo tenía tan molesto, se había acostumbrado tanto a su vida y a la silenciosa presencia de Minho que odio cada segundo que lo escuchó reír con el otro.

— Min— lo llamó mientras sentía que el mayor le intentaba cambiar de ropa, no era la primera vez—... Min, escuchame, no te vuelvas a reír con ese rubio.

Y Minho no respondió nada, terminó de ordenar a Hyunjin y lo dejó en su cama junto a un vaso de agua en su mesita de noche, para la mañana siguiente. Cuando despertó se dio cuenta que Hyunjin seguía durmiendo, era su día libre así que lo dejaría en paz, hoy tenía clases durante todo el día, así que arregló el almuerzo y le dejó la porción de Hyunjin en el refrigerador. Se fue con un sabor amargo a sus clases, no se sentía cómodo y sabía que eran por las palabras de Hyunjin, que le repetían que no debía juntarse con Felix.

Cuando llegó a su cada en la noche, vio a Hyunjin fumar en el balcón, pocas veces lo hacía, cuando se sentía muy estresado, así que el se fue a su habitación para darse un baño y cambiarse a su pijama, fue hacia la cocina y preparó algo para comer. Se sentó en la isla, y sin esperar a Hyunjin comenzó a comer. Cuando el rubio terminó su cigarro, y con sus pensamientos más en orden, entró al departamento y fue con Minho a comer. Comieron en silencio, eran muchas veces que comían así, pero ese día Hyunjin se sentía demasiado incómodo con él.

— Min, lo siento, no debí haber dicho esas cosas.

Y Minho no dijo nada, no porque no quisiera, sino porque no sabía que decir.

— Yo... En realidad... Me comporte como un idiota, y lo de anoche...

— Hyunjin, no te preocupes.

Y siguieron comiendo en silencio. Hyunjin siguió incómodo, sentía que no arregló nada, no podía parar de preocuparse por cómo se había comportado, como un idiota, y no podía ignorar la actudus de Minho, que estaba siendo más frío de lo usual. Nunca fue mentira cuando dijo que Minho era una de las pocas personas que le quedaban, de hecho, era su único amigo más cercano y no quería que su comportamiento infantil perjudicará a su amistad. Minho era un ser tan complejo que incluso dos años de conocerse le era complicado entender que pasaba por su mente, le fascinaba la idea pero le aterraba en ciertos momentos como ahora.

— Minho... Fui un idiota, ignora mis palabras, no me sentía bien.

— Está bien, Hyunjin.

Amor Platónico | HYUNHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora