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Minho tampoco llegó al día siguiente, tenía cientos de mensajes y llamadas perdidas de Hyunjin que no contestaba. Yuqi y Nicha hicieron lo imposible para investigar que pasaba pero Minho no soltó ninguna palabra, porque hacerlo, lo volvería todo más realidad de lo que ya era. Le agradeció a sus amigas la acogida y el apoyo que le dieron y fue camino a su departamento, durante el trayecto se preguntaba que podría decir como excusa para su desaparición. Cuando llegó al departamento ya era de noche, los mensajes no paraban de llegar, así que simplemente afrontó la situación, entró al departamento y fue recibido por Hyunjin, quien era un desastre en lágrimas, no hizo preguntas, sólo lo abrazó hasta que se sintió más calmado de que su amigo haya aparecido, se sentía inmensamente culpable.

Hyunjin no era tonto, había notado que Minho los había observado, sus sospechas de que era Felix quién le gustaba nunca murieron, de hecho, con aquello lo comprobó y se sentía muy estúpido por haberle hecho algo así al mayor. No sabía cómo había quedado atrapado en esa situación, en un momento chocó con Felix, conversaron un poco, y el otro rubio se abalanzó a sus labios, y en su estado de ebriedad no intentó detenerlo, solo dejó que lo siguiera besando. Se sentía una basura total, porque ahora por su culpa Minho estaba sufriendo y había intentado evitarlo durante todo ese día.

— ¿Por qué lloras?— cuestionó el pelinegro.

— Yo... En verdad lo siento, Min, nunca fue mi intención,  yo estaba muy ebrio, y Felix solo me besó, yo se cuánto te gusta él,  no debí meterme...

— Hyunjin, ya te dije que él no me gusta— dijo deshaciendo el abrazo, siguió avanzando por el pasillo hasta su habitación.

— Min, ya no lo tienes que negar más,  sé que te gusta mucho y yo cometí un gran error. Perdón.

— Está bien.

No hablaron durante días, semanas, Minho se sentía muy deprimido, él pensaba que iba a estar más preparado para un golpe así, pero fue todo lo contrario, y aquello le estaba pasando la cuenta. Cuando las clases comenzaron, volvieron al tiempo donde casi no se veían por los estudios y trabajos. No pasaba ni un solo día que Hyunjin no se sintiera culpable, pero a la vez se sentía bien, aunque no lo quisiera admitir, con eso podía concluir que Minho no estaría, al menos por un momento, con Felix, odiaba admitirlo pero se sentía feliz por ese dato, no sabía por qué Felix nunca le agradó tanto, y quizás por eso siguió con ese beso, para que Minho lo viera y se olvidara de aquel amor.

Aquél año fue el más extraño de todos, no pasaron sus cumpleaños juntos, Hyunjin para su cumpleaños se fue de fiesta y no volvió hasta el día siguiente, y solo encontró un regalo de Minho sobre su cama, más no lo vio hasta después de una semana cuando él había llegado del trabajo. Y para el cumpleaños de Minho decidió ir donde Yuqi y Nicha a pasar un tiempo más agradable. Ninguno se había hablado más de un par de palabras, pasaron de ser buenos amigos a perfectos desconocidos en unos meses.

No notaron la presencia del otro cuando salieron de vacaciones, hasta que un día lluvioso, Minho entró con un gatito en sus brazos, ambos mojados, se había encontrado al gatito bajo la lluvia solo, no iba a sobrevivir si seguía ahí así que tomó la decisión de llevárselo y adoptarlo, pronto terminaría la universidad y podría dedicarle más tiempo. Cuando llegó con el minino al baño, para darle un baño para que no se enfermara, Hyunjin apareció a su lado, observándolo, él tenía alergia al pelo de gato, así que esperaba que Minho le dijera que lo había rescatado pero lo daría en adopción, lo cuál nunca pasó. Terminó comprando antialergicos para no estar tan mal con el pelo del gato, nunca le exigió a Minho que lo diera en adopción cuando lo veía tan feliz junto a él.

Hace tiempo no era capaz de ver a Minho feliz, y más allá del porqué se veían poco tiempo durante el día, era porque además, vez que lo veía siempre tenía un aura apagada. El último año de universidad llegó y con ello se veían un poco más debido a que no tenían tantos ramos, si eran ramos demandantes pero no eran tantas horas en la universidad por lo menos. Minho comenzó a hacer su tesis y Hyunjin su portafolio. Ambos igual de ocupados y estresados, casi no hablaban más que para desearse un buen día.

— Hyunjin, debo hablar contigo— dijo Minho, debía informarle de la decisión que estaba a punto de tomar.

— Dime— dejó de comer.

— Encontré trabajo en una escuela, vieron mis proyectos y me quieren para cuando termine mi tesis... Me voy a ir del departamento.

Y ahí se le fue el mundo encima a Hyunjin, no podía imaginarse vivir solo sin Minho, tenían una rutina, ¿qué haría él sin Minho? Su mente repetía un no mudo, no supo cómo reaccionar, quiso llorar y gritar, quería rogar que no se fuera, Minho quería abrir sus alas al mundo y no estaba incluyendo a Hyunjin en su futuro, ¿será así como terminaría su amistad? No dijo nada más durante la cena, Minho tampoco insistió más sobre eso.

Al cabo de unos meses, Minho aprobó su tesis con excelentes calificaciones y ya se encontraba en proceso de mudarse a un departamento para el solo con su gato. Se sentía horrible, pero a fin de cuentas, todo lo que vivió ahí fue como un cuento de hadas, algo fantasioso que solo lo hizo sentirse mejor durante un tiempo, pero no era su realidad, nunca murió el amor que tenía por Hyunjin, porque él se encontraba en su vida para revivirlo cada vez que lo tenía al frente suyo. Pero ahora por fin podría decir adiós a aquella etapa de su vida y por fin enfocarse en otras cosas.

El último viaje que hizo Minho, para llevarse las últimas cajas, fue Hyunjin el que por fin se atrevió a hablar para ofrecer ayuda en la mudanza, no le había hablado durante todo este tiempo, estaba aún asimilando lo que estaba pasando y sobre todo preguntándose por qué le dolía tanto que Minho se fuera, claramente se había acostumbrado lo suficiente para que la ausencia de Minho le doliera, quería convencerse de eso.

— Realmente es lindo tu departamento— dijo una vez entraron, examinó todo, incluyendo una habitación que tenía especialmente equipada para el gato— Espera... ¿Adoptaste otro gato?

— Sí... No sé cuánto tiempo voy a estar trabajando así que así se harán compañía.

Minho quería morir ahí mismo, Hyunjin ya había visto su habitación y oficina, y como en todos los espacios habían cuadros del rubio, cuadros que él le había regalado durante esos años.

— ¿Vas a hacer alguna fiesta para inaugurar tu departamento?

— Sabes que no me gustan las fiestas.

— Al menos una reunión, con comida y alcohol, si quieres yo preparo la comida.

— Está bien, podría ser en el fin de semana.

Y el fin de semana llegó más rápido de lo que pensó, Hyunjin llegó temprano al departamento para cumplir con su promesa de que cocinaria. Estuvo toda la tarde cocinadno mientras Minho ordenaba el departamento para que sus amigos pudieran estar cómodamente.

— ¿Y a quienes invitaste?

— A Felix, Dahyun, Yuqi y Nicha.

— ¿Las de la escuela?— Minho asintió—Ahh, que emoción,  hace tiempo no las veo, ¿siguen siendo amigos? pensé que ya no tenían contacto porque nunca las llevaste al departamento o algo así.

— Sí... A alguien no le gustaba que llevara gente.

— Sabes que no fue eso...

— Da igual, hoy las vas a ver.

La noche transcurrió con tranquilidad, Felix y Dahyun habían congeniado bien con Yuqi y Nicha, cosa que tenía tranquilo a Minho. Bebieron y comieron tranquilamente, aunque Hyunjin estaba en alerta cada vez que Felix decidía hablar con Minho, seguía sin gustarle que ambos fueran tan cercanos, siempre tuvo un mal presentimiento con respecto a la relación que tenían, le daba mucho disgusto ver a Minho sonreír para Felix, ese mismo Minho que le sonreía pocas veces era totalmente diferente al pelinegro que le sonreía a él. Si, quizás se sentía celoso de que su amistad no fuera tan incondicional. Se sintió muy ansioso y salió al balcón a fumar para relajarse un poco, seguido de él apareció Felix también a fumar.

— ¿Te sientes bien?— preguntó Felix.

— Sí, ¿por qué?

— Le has respondido mal a Minho durante toda la noche, sé que se conocen de mucho antes, pero Minho también es mi amigo.

— ¿Te gusta Minho?— se atrevió a preguntar.

— ¿Qué? Claro que no, sólo somos amigos.

— A él le gustas.

— Yo creo que a él le gustas tu, seguro no te has fijado como te mira.

Amor Platónico | HYUNHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora