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No volvieron a hablar más de tema, la sensación de incomodidad nunca cambió en Hyunjin e intentaba todos los días demostrar su perdón. Y Minho a ratos lo ignoraba para ignorar a su corazón latiendo con toda la fuerza. Nunca fue fácil convivir con Hyunjin, nunca fue fácil no dejar salir todo lo que sentía, sentía demasiado para solo guardarselo, así que simplemente ignoraba un poco la presencia del menor para no sentir tanto.

Al año siguiente las clases cada vez eran más duras, los proyectos más complicados pero a la ve, ambos se sentían felices con sus carreras de estudio. Hyunjin cada día sentía que encontraba su estilo de dibujo y amaba su profesión de pedagogía, al igual que Minho, que él en cambio se perfeccionaba cada vez más en literatura. Minho hace poco había decidido comenzar una novela ligera, no era su sueño volverse escritor, pero lo tomó como un pasatiempo que cada vez iba amando más.

Al entrar en los exámenes era una época donde casi ninguno lograba verse, por sus horarios tan apretados, pero por suerte ambos aprobaron sus notas, Minho con excelentes calificaciones y Hyunjin mejorando sus notas en comparación al semestre pasado. Terminando sus exámenes dieron inicio a sus vacaciones, pronto se vendrían las festividades de navidad y año nuevo. Hyunjin para festejar un poco, a dos días de terminados los exámenes,  porque obviamente debían descansar, llegó con cervezas y soju al departamento, nunca había tomado con Minho, y sentía mucha curiosidad como sería el mayor ebrio.

Minho al inicio no estaba de acuerdo, solo había dicho que podría acompañarlo, fue duro para Hyunjin tratar de convencerlo pero lo logró. Minho preparó unos bocadillo, para no tomar con el estómago vacío y dieron inicio a su celebración. Hablaron sobre varios temas, como les estaba yendo en la universidad y en el trabajo, algunas anécdotas de cuando eran más jóvenes y temas en común que compartían. Fue en un momento cuando Hyunjin se sintió muy ebrio y se sintió delirar con sus pensamientos, algunos que fueron dichos debido a su estado de ebriedad, causando que Minho solo riera por las ocurrencias del menor.

— Minho... ¿Te gusta Felix?— preguntó, había estado años intentando descifrar los sentimientos de Minho y por fin creía que el mayor debía confesar, solo para demostrarse que había investigado bien.

— ¿Qué te hace pensar eso?

— Tus escritos, se nota que lo describes a él  — contestó desanimado.

— No es él el que me gusta— aclaró.

— ¿Entonces quién es?

— No tienes por qué saber, fin del tema.

— No es justo— hizo un puchero.

Y Minho intentó enfocar el tema de conversación a otra cosa, se sentía hiperventilado, su corazón parecía querer salir de su pecho. Siguieron conversando y tomando hasta que Hyunjin fijo su vista hacia el balcón, donde caían los primeros copos de nieve de la temporada. Durante esos años se había esforzado en ver la primera nevada pero siempre debía hacer algo, hoy por fin la vería, y con Minho. Lo tomó de la mano y salieron al balcón a ver como la nieve caía suavemente. Minho se sentía abatido por todas las emociones, por Dios, estaba viendo la primera nevada junto a Hyunjin, no era ajeno a los mitos que habían en torno a la primera nevada.

Hyunjin se veía tan precioso ante los ojos de Minho, quién estaba un poco detrás del rubio mirando su rostro alegre al ver los copos de nieve, habían sido cientos las veces que Lee Minho se quedaba viendo su rostro, admirandolo cada vez que podía, admirando aquella sonrisa por la que cayó. Hyunjin se giro, aún borracho, y abrazó a Minho por la emoción del momento, Minho se quedó helado, más allá del frío, no sabía si corresponder el abrazo, no era el primero que se daban, pero uno de los pocos que parecían tan cuidadosamente afectuosos.

Amor Platónico | HYUNHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora