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A la mañana siguiente Hyunjin se dio cuenta que estaba en la habitación de Minho, se preguntaba cómo había llegado a esa situación y sólo aparecieron imágenes confusas de la noche anterior. Pero de algún modo se sentía esperanzado, porque por fin tendría la oportunidad de hablar con el mayor, y esta vez hablar bien las cosas, no como siempre hicieron, dejar las cosas al aire.

— ¿Min?— lo llamó dirigiéndose hacia la cocina, donde había un delicioso aroma.

— Hice el desayuno, come.

Hyunjin quiso llorar ahí mismo, y lo hizo, el no merecía a alguien con Minho en su vida, aún cuando rechazo todos sus sentimientos, Minho seguía priorizandolo en todos los aspectos, siempre lo hizo y nunca se dio cuenta, se odiaba por no darse cuenta de todos los sentimientos del pelinegro. Minho se acercó a abrazarlo y consolarlo un poco, estaba un poco aturdido con el actuar de Minho.

— Yo... En verdad lo siento, por todo, no debí comportarme así.

— Estabas borracho Hyunjin, no puedes controlar eso

— Yo realmente te extraño— se sinceró.

— Come tu comida o se enfriara.

Hyunjin sintió ganas de llorar, siempre había sido así con Minho, pero ahora dolía inmensamente, comió en silencio hasta que no pudo más y sus lágrimas fueron cayendo como cascada por sus mejillas, no entendía que le daba tanta tristeza, pero todo iba relacionado con Minho, lo quería tanto que aquella distancia le dolía más que cualquier otra cosa en el mundo. Pará cuando Minho se dio cuenta entró en pánico, sabía que ignorar a Hyunjin borracho era algo más simple, pero tenerlo más sobrio que la noche anterior y llorando desconsoladamente le rompía el corazón. dejó su comida y se levantó para llegar al lado del rubio y lo abrazó. Hyunjin enterró su rostro en la panza de Minho, aferrándose lo más que podía al cuerpo del mayor, como si fuera posible fusionarse en uno solo.

— ¿Quieres contarme qué realmente pasa?

— No lo sé Minho, estoy tan confundido, te extraño tanto, no es lo mismo sin ti, en verdad te necesito.

— Hyunjin, me alejé de ti, porque seguir cerca tuyo solo me daña.

— ¿No hay manera de volver el tiempo atrás?

— Lo siento. Ahora termina de comer.

Hyunjin se fue apenas terminó el desayuno, y nunca se había sentido más desolado como en ese momento, se sintió solitario, como una sombra, era él, pero no estaba ahí. Llegó a su departamento, totalmente vacío, y fue a la habitación que era de Minho, para volver a enredarse en las prendas que el mayor había olvidado ahí. No estaba nada seguro de sus sentimientos, tenía incluso miedo de afrontarlos. No quería perder una amistad tan bonita por la calentura del momento, debía estar confundido por la confesión del mayor, nada más.

Pasaron las semanas y el contacto entre Hyunjin y Minho era el mínimo, el menor de vez en cuando le hablaba para saber si estaba bien y desearle un buen día, pero no se atrevió a volver a acercarse. Y no es porque él mayor había admitido sus sentimientos, si había influenciado, pero Hyunjin no sabía qué era lo que lo tenía así. Durante meses se cuestionó su en verdad le gustaba Minho, pero nunca dijo nada ni menos buscó al mayor, probar que sus sentimientos eran reales era jugar con los sentimientos del otro.

Hasta que un día, decidido a que no le importara nada más, sé dirigió al departamento del mayor, no hablaban mucho pero si lo suficiente para haberle sacado información de su horario. Se sentía tan nervioso que sus manos sudaban, las intentó limpiar varias veces pero nunca sirvió. Se atrevió a tocar el timbre,  y Dios, había llegado casi a la medianoche, sin avisarle, él perfectamente pudo haber salido a algún lado o estar descansando de una dura semana. Dejó de pensar mucho cuando Minho abrió la puerta, estaba en pijama y un poco adormecido, claramente había elegido descansar en su casa y Hyunjin decidió ir a molestar con su presencia.

— ¿Hyunjin? ¿Pasó algo?

— Creo que me gustas.

Minho se quedó quieto, sus pestañas revolotearon como un tic nervioso, creía que estaba escuchando mal, pero Hyunjin volvió a decir aquellas palabras una y otra vez mientras entraba al departamento, arrastrandolo a su habitación. Se sentía nublado por los sentimientos, ¿Hyunjin diciendo que gustaba de él? Se sentía como un sueño. Hyunjin lo besó tanto hasta que sintió que sus dudas fueron resueltas. Así que se detuvo y llorando se fue de allí. Quisiera tanto haberse sentido bien pero le era imposible, el problema no era Minho, tampoco él, fue el momento en el que ambos no debieron cruzarse simplemente.

Hyunjin se odió por meses, ya no hablaban, se sentía tan avergonzado por haber hecho algo así, irrumpir la tranquilidad del mayor por un deseo egoísta. Se sentía como el villano de la historia de Minho, alguien que sólo llegó a su vida a hacerla temblar y por último a destruirla. Porque Minho por un momento se ilusionó tanto que la caída fue lo que más le dolió. A raíz de eso decidió ir al psicólogo porque se sentía usado, se sentía poco digno, su autoestima cayó de un segundo a otro y le dio inicio a una depresión que lo tuvo sometido años. Todo lo que había hecho Hyunjin en su vida fue trastornarla, lo hizo sentir como un buen amigo, y por último como alguien que solo usas y si no te gusta, te vas.

Yuqi y Nicha bloquearon todo contacto con Hyunjin, al igual que Felix, después que se enteraron de lo sucedido sólo querían ir a asesinar al rubio, más aún cuando el diagnóstico depresivo de Minho se supo. Minho ya no disfrutaba la escritura, ya no se sentía bien viendo arte, se apagó todo en él que sintió que incluso no valía la pena seguir viviendo. De vez en cuando buscaba seguía actualización de la vida de Hyunjin, solo para toparse con las mejores noticias, mientras él solo se seguía hundiendo.

La vida de Minho no mejoró en ningún momento, intentó salir con más personas, pero todo le terminaba recordando a Hyunjin. El impacto del rubio fue tanto en su vida que se sentía tan vacío sin él ahí, y claro, solo a él se le ocurrió aceptar convivir con el durante 5 años, enamorarse cada día más, él claramente pudo haber evitado todo lo que estaba sintiendo pero eligió perder todo en él camino, y quizás todo hubiese sido más fácil si Hyunjin no lo hubiese besado, si Hyunjin no le hubiera dado un poco de esperanza. Lamentablemente terminó convirtiéndose en un profesor amargado, así no es como quería terminar, quería traspasar su amor a la literatura a sus alumnos y alumnas pero todo se veía tan difícil cuando estaba en una lucha interna con aquello que se suponía era su pasión. Tomó cursos, incluso intentó estudiar de nuevo pero se hallaba en un punto sin retorno.

Incluso sus padres se preocuparon, su madre más al saber que la depresión y su baja autoestima no le dejaba comer, Minho incluso llegó a  odiar cocinar, no podía encontrar una forma de vivir en paz consigo mismo. Se hallaba insuficiente para cualquiera, y era algo difícil sacarle de la cabeza, algunas exparejas incluso conocían de su problema y no sabían cómo ayudarlo, así que terminaban yéndose. Minho se convirtió en una persona gris, una más del montón, sin ninguna pasión que lo guiara en su vida, estaba más solo que nunca, porque ni siquiera el podía hacerse compañía.

Minho a sus 28 años decidió acabar con su vida, tomó varios medicamentos para no sufrir tanto en el proceso y se desmayó en su habitación. Solo deseaba que todo terminase y poder reencarnar en una vida donde se sintiera suficiente para alguien. Había dado tanto a Hyunjin que su vida sin el rubio no tenía sentido, se había vuelto un círculo tóxico, pero los antidepresivos ya no lo estaban ayudando, la terapia ya no era suficiente y todo pareciese ir de mal a peor. Morir quizás era la decisión más cobarde que había tomado en su vida, la más egoísta junto a cuando le dijo a Hyunjin de sus sentimientos, pero sería lo último que haría por él mismo.

Amor Platónico | HYUNHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora