¡Soy el hombre mas feliz de la tierra!, es lo que me digo cada día que amanezco junto a ella, Nathaly. Se ve tan hermosa dormida, su cabello esparcido por la almohada, sus labios aun hinchados por los besos nocturnos que nos damos y su piel reluciente y fresca aun después de horas de sexo.
Me encanta verla dormir desnuda solo cubierta por la sabana que muchas veces e envidiado, después de unos minutos mirándola embobado como duerme, me levanto y me dispongo a arreglarme para ir a trabajar.
Siento horrible el tener que despertarla para avisarle que ya me voy aunque ella se enoja de porque no la despierto. Ahora que el embarazo avanza mas, cada dia tiene mas sueño y sus nauseas aun disminuido mucho.
Me acerco a su lado de la cama, me inclino sobre ella y la observo queriendo tomar esa imagen en mi mente para recordarla en todo el dia.
"Pero porque no se me ocurrió" me regaño, camino al pequeño escritorio que tenemos junto a la ventana y tomo mi celular, le quito el sonido y después de fijar varios filtros, lo enfoco en mi bella esposa.
Tomo una, dos, tres fotos y me guardo el teléfono, me inclino sobre ella y le doy un beso en su mejilla, la oigo suspirar y sonrío —Te amo— le digo antes de salir por la puerta.
Entrando en el piso veo que ya todos están en sus puestos, me dirijo a mi oficina y mi secretaria me sigue, ambos entramos en ella y comienza a recitarme mi día.
—Buenos días señor MacCaa, comenzamos con un almuerzo con los señores García y asociados después de eso tiene libre hasta las 12 comienza la junta con los ejecutivos...— y así comienza mi día.
—Buenos días hermano— dice Max entrando después de unos minutos en que se había ido mi secretaria — ¿Cómo esta el semental de la empresa? —
Dios santo, desde que le dije que Nathaly esta embarazada y de trillizos, cada día que me saluda me dice semental.
—Hola hermano, soltero empedernido—
—Jaja muy gracioso— dijo haciendo una mueca, al parecer él cree aun no estar listo para el matrimonio.
—No se porque le das tanta vuelta, es más que obvio que estas aterrado por la idea de casarte— hizo mala cara y como siempre cambio de tema.
—¿Por qué mejor no nos ponemos al corriente con la junta que tendremos dentro de 20 minutos? — dijo mientras giraba su reloj para verlo.
Antes de contestarle, la puerta se abrió de golpe y Ángela entro hecha una furia.
—¡Tenemos que hablar! — dijo gritando. Max y yo nos levantamos.
—Lo siento señor— dijo Sara mi secretaria —Intente detenerla pero no pude evitar que entrara—
—Esta bien— le dije para que se tranquilizara, asintió y se marcho —Max déjanos solos— asintió y salió.
Ángela estaba mal, muy mal, traía un pantalón negro bastante desgastado, una blusa blanca con lo que parecían hoyos en la tela, estaba despeinada, y con cara de no haber dormido en un buen tiempo.
—¿Qué haces aquí? — dije sentándome y señalando la silla para que se sentara.
—Dime algo ¿Es cierto que la zorra regreso a tu lado? — me levante de golpe furioso.
—No es una zorra, es mi esposa así que más te vale respetarla—
—Hay por favor, es una gran zorra y lo sabes, creí que después de descubrir tu secreto se iría para siempre...— levante la mano para interrumpirla y le lance una mirada cargada de odio.
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Desastre... A Largo Plazo (Libro 3)
Romance¡Soy un perfecto imbécil! Cuando al fin podría decir que era feliz, lo arruino todo. Mi miedo a perderla me hizo callar parte de mi pasado, y fue eso mismo lo que la alejo de mi. Ahora ¿Qué pasara? ¿Que haré con mi vida ahora que se complica todo...