Capitulo 9

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Estoy super feliz, mi esposo llegara mañana, aunque aun no se la hora, pero se que estas horas de espera se me haran eternas. Estoy acostada en mi enorme cama queen size, las cosas, al menos la mayoria, ya estan en su lugar.

En mis manos tengo un catalogo de Todo Para Su Bebe, creo que los articulos que venden son importados. Hay cosas tan hermosas, pero no se el sexo de los bebes y comprar a ciegas en verdad me da un poco de miedo.

Dejo el catalogo en la cama y tomo el siguiente que maneja solo ropa, hay conjuntos tan hermoso que quisiera comprarlos todos. Zea dice que cuanto antes sepa el sexo de los trillizos cuanto antes comprara cosas para ellos o ellas.

Tomo otro catalogo que solo maneja ropa y accesorios para los bebes, me encuentro viendo varias colchas cuando oigo que la puerta principal se abre, no pueden ser Zea y Freesia ya que ambas cayeron rendidas despues de acomodar las cosas.

Con cuidado de me levanto de la cama y me pongo mi bata junto con mis pantunflas de conejito, se que no asustaran a los ladrones pero al menos mis pies hinchados lo agradencen.

Abro la puerta y camino intentanto no hacer el minimo ruido. Me asomo desde el inicio de las escaleras y abajo solo esta iluminado por la luz de la luna que entra. Voy bajando escalon por escalon, con cuidado y al llegar abajo veo que la puerta esta entre abierta solo sostenida por la cadena de seguridad.

Probablemente Zea olvido cerrarla y solo puso la cadena. Me acerco y la cierro. Respiro profundamente y me dirijo a la cocina, se me antoja algo dulce.

Al llegar abro el refri y saco la ultima rebanada de pastel que quedo, se que odiaran pero deben entender los antojos de una embarazada. Cuando estoy a punto de meterme la cuchara a la boca, la luz se prende y me ciega momentaneamente.

-¿Qué demonios?- digo y me cubro la cara, cuando mis ojos se acostumbran a la luz, parpadeo y dirijo una mirada hasta toparme con unos enormes y hermosos ojos verdes.

-Hola nena- dice recostado en el marco de la puerta, aun trae su traje azul marino. Su barba de un dia le cubre su cara y lo hace muy deseable, apetecible.

-Ricardo, cariño crei que llegabas mañana en la noche- estoy sorprendida de verlo ahi, no me lo esperaba.

-Lo se, pero ya no podia esperar para verte y para tenerte- sonrio y me acerco a el pero cuando lo miro de cerca.

-Ricardo ¿Eso es un moreton?- le pregunto mientras examino su rostro que ahora esta mayugado por los golpes -¿Te peleaste?-

-Vamos a nuestra habitacion, ahi platicaremos mejor- asiento y me regreso a guardar el pastel, despues de apagar la luz, subimos tomados de las manos a nuestro cuarto.

Lo ayudo a quitarse el saco mientras se sienta en la cama y cae sobre su espalda, dejando sus pies en el suelo. Me acomodo en la cama pero le doy su espacio, no quiero presionarlo. Voltea a verme y se incorpora.

-¿No vas a besarme?- pregunta y sonrio cuando se acerca a mi.

Estoy completa nuevamente, mi hombre esta junto a mi en este momento, sus labios sobre los mios, extrañe tanto esta sensacion. Cuando nos alejamos une nuestras frentes y respiro de manera agitada.

-Cuanto te eche de menos, nena- asenti ya que yo sentia lo mismo -Tuve un problema con mi hermano- dijo.

-¿Bruce fue a verte, a Londres?- eso si que era una sorpresa y si fue no era para nada bueno, era el momento de decirle la verdad -Campeon quiero que escuches lo que te voy a decir, pero por favor no me interrumpas. He visto a tu hermano un par de veces, me decia que tenia informacion valiosa sobre el atacante de Freesia pero cuando lo veia siempre hacia preguntas sobre ti o sobre ella. Se que hice mal no decirtelo, pero queria averiguar alguna pista de lo sucedido con Freesia-

Desastre... A Largo Plazo (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora