Capítulo 4

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Ricardo insistio mucho por eso nos encontramos ante Patricia Fernandez, la ginecologa que en este momento me tiene acostada en una camilla.

-¿Es su primer bebe?-pregunta la doctora mientras llena un expediente, ya que a partir de ahora llevara mi embarazo.

No supe con contestaria Ricardo así que me adelante -El primero juntos, él tiene otro bebe-

-Comprendo- fue todo lo que dijo, después de cerrar el archivo, nos sonrio y se levanto para colocarse a lado de la camilla frente al monitor. Me hunto un gel especial en el vientre para poder ver a nuestros bebes. Comenzo a mover la sonda y los localizo.

-Vamos a medirlos- y haciendo varias capturas de imagenes, comenzo a hacer mediciones, ademas de calcular varias cosas. En ese momento mi atencions estaba en mi esposo, el hombre al que amaba y que no apartaba la vista del monitor.

Su mano estaba junto a la mia, le di un apreton y el sonrio aun mirando la pantalla.

-Conforme a las semanas que tiene y revisando el ultrasonido todo va muy bien, digame ¿Esta tomando acido folico?-

-No- conteste.

La doctora asintio y me paso unos pañuelos para limpiarme el abdomen. Ricardo me ayudo a bajarme de la mesa y nos sentamos frente a su escritorio.

-Señora MacCaa va todo muy bien, le voy a recetar el acido folico, como usted trae a tres bebes, le voy a pedir de favor que camine lo neceario y ue evite tener sobresaltos o enojarse ya que eso le podria provocar problemas de salud.

Iba a comentar algo pero mi esposo se adelanto.

-Doctora digame ¿Es posible que mi señora haga un viaje en avión?- Pregunto.

-¿A donde seria?-

-Londres-

-Entiendo, mire si quiere una opinión sincera, no recomiendo que viaje, su esposa se encuentra bien de salud, pero seria mejor no correr riesgos, es un viaje de muchas, y es posible que el cambio de altura le llegara a afectar-

Después de que nos entrego la receta y nos dio fecha para dentro de un mes, salimos del consultorio en completo silencio, de cierta manera me sentía mal por haberme ocultado lo del viaje. Caminamos hasta su coche y cuando entramos en la avenida principal fue el quien hablo.

-Nena te llevare a una cafeteria que abrieron cerca de aqui, te encantara el cafe- volteo a verme por escasos segundos -bueno mejor un chocolate-

Cuando llegamos a la cafeteria me sorprendi de lo pequeño del local, no estaba mal solo me imagine quecera mas grande. Entramos y me tope con una decoracion vintage, absolutamente todo. Me sentia que hubiera viajado en el tiempo y hubiera caido en los años 60's.

-Hola Ricardo, bienvenido ¿ Porqué te fuiste la otra noche? Me dejaste solita- dijo una despanpanante rubia y mi nivel de celos se desbordo.

Lo vi acercarsele y la saludo de dos besos ¿Quien demonios saluda de dos besos? Esto me da muy mala espina.

-Lo siento, se me hacia tarde, habia quedado con Max para cenar, pero no te quejes te deje muy buena propina-

Entre risas los deje solos y me sente en una mesa para dos aunque solo yo la ocupara, tome el menú y comence a leer. Luego de leerlo varias veces decidí pedir un chocoreo, al parecer era una maleada hecha con galletas oreo, y un pastel de fresas, el camarero tomo mi orden y se alejo y yo aun me encontraba sola, ellos seguian platicando.

Afortunadamente mi pedido llego rápido así que comence a comer, en mi tercera mordida del pastel Ricardo se sento frente a mi.

-Veo que ya ordenaste, lo siento nena no crei que me fuera a tardar tanto- no conteste solo asenti y el camamero comenzo a tomar su orden -¿Estas bien?-

Desastre... A Largo Plazo (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora