Son las 3 de la tarde ya estoy lista para ir a una cita que tengo, salgo de la ducha y me visto con un pantalón pesquero negro, es que bastante cómodo, una blusa blanca un tanto formal y que cubre a la perfección mi abultado vientre.
Me calzo unas sandalias de tiras con adornos de piedras preciosas. Tomo mi bolso, las llaves del coche y mi celular.
Ahora que Ricardo a regresado Zea y Freesia han regresado a sus casas, por lo que ahora me encuentro sola. Bajo las escaleras y camino hasta la puerta principal pero antes de llegar a tocarla oigo que me llaman.
-¿A donde vas?-
-Dios santísimo- me volteo y miro a mi esposo asomado desde la puerta de su despacho -pero ¿Que haces aquí? No estabas en la oficina- pregunto aun respirando con dificultad.
Sale del portal y camina lentamente hacia mi. Esta analizandome.
-¿A donde vas amor?- sonrío como tonta cuando lo oigo decirme amor -¿Que pasa, porque esa sonrisa?-
Me acerco a el y lo beso llena de pasión, envuelvo mis brazos a su alrededor y el me corresponde abrazándome tanto como puede.
Me alejo jalando aire a mis pulmones, cuando voy a responderle me llega un msm, le digo que espere un segundo y saco el celular para ver que es Zea.
*hola embarazada, mis hermanos me acosan. Harás la parrillada el domingo*
Rápidamente aprovecho y le escribo.
*marcame en 5*
-Y bien, ¿A donde vas?- pregunta mi marido.
-Iré a tomar un café con Zea-
-¿Que? Pero si se fueron esta mañana, no creo que haya pasado algo interesante en este par de horas- pongo los ojos en blanco y sonrío.
Mi cel suena y contesto.
-Hola Zea si ya voy en camino-
-Me estas usando para huir de tu marido verdad- y eso no fue pregunta.
-Si, llego en 10- y cuelgo.
-Nena en serio tienes que ir, quería que pasáramos la tarde juntos- su mirada me parte el corazón, pero es necesario salir.
Me acerco a el y coloco mis manos en su pecho, lo acaricio y subo mis manos hasta su nuca, lo jalo hacia mi para besarlo.
-Prometo regresar antes de lo que piensas, pero en serio tengo que ir-
-Es por eso de la casamentera- sonrío y asiento.
-Deséame suerte- lo vuelvo a besar y me alejo.
Después de conducir al menos 20 minutos, llego al esperado edificio. Es enorme y no se por donde empezar.
Mi cel suena, Zea.
-Amiga ¿Ya estas ahí?-
-Si acabo de estacionarme, el edificio es gigantesco no se por donde comenzar- me bajo del coche y después de poner la alarma me alejo hasta llegar a un ascensor.
-No te preocupes, según lo que me comento Zack- dice haciendo un sonido como de asco -debes de preguntar por ella en la recepción y de ahí te dirán que piso es-
Llego al piso que marca planta baja y camino hasta situarme unos cuantos pasos de la recepción.
-Estoy nerviosa, espero que todo salga bien-
-Saldrá amiga, ten fe- dice y colgamos después de prometerle que llamare en cuanto salga.
Camino y llego a la recepción que esta pintada de un inmaculado blanco. Hay dos mujeres enfundadas en un traje gris ejecutivo y van peinadas sin el menor cabello fuera.
ESTÁS LEYENDO
Desastre... A Largo Plazo (Libro 3)
Roman d'amour¡Soy un perfecto imbécil! Cuando al fin podría decir que era feliz, lo arruino todo. Mi miedo a perderla me hizo callar parte de mi pasado, y fue eso mismo lo que la alejo de mi. Ahora ¿Qué pasara? ¿Que haré con mi vida ahora que se complica todo...