El mundo no estaba preparado para que el tigh end más reputado de los Kansas City Chiefs se metiera en la vida de la cantante del momento y que tal vez terminasen en un fenómeno mediático.
El jugador de fútbol americano, Travis Kutcher; está dispu...
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1 de abril, 2024 Los Hamptons
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Un cálido rayo de luz entraba por las cortinas florales de mi dormitorio mientras recibía un paquete muy especial de parte de la editorial Vogue. Una caja enorme de color blanco con un lazo violeta envolviéndolo junto al sello de envío confidencial. Con un albornoz cubriéndome el cuerpo tras un baño de burbujas, me senté en la cama para descubrir lo que de manera ansiosa, deseaba tener entre mis manos; mi vestido de novia. Junto al diseño, había una carta personal del diseñador mientras me ruborizaba al tenerlo y poder tocar su tela, su textura y su esencia. No pude evitar sacar unas lágrimas de emoción y alegría cuando de repente mi madre entraba asomando su cabeza por la puerta.
—¿Interrumpo algo, hija? —avisaba Andrea con una sonrisa en su rostro al verme tan emocionada con el vestido encima de mí. Asentí con la cabeza sin importancia y se sentó a mi lado mientras en frente, ambas nos veíamos en un gran espejo que tenia sobre la pared —Es asombroso, esta pieza es perfecta mamá.
—Tu haces que se vea perfecto en ti, Taylor. Y más aún cuando luzcas barriguita —anunciaba Andrea poniendo una mano encima de mi vientre aludiendo el futuro embarazo.
Días antes de su llega a mi casa de Los Hamptons, le anuncié previamente la noticia de mi estado y no dudo ningún segundo en tomar un vuelo para estar junto a mi en una cita tan especial. Podía escuchar su llanto al otro lado del teléfono cuando supo la verdad de mi abrumador silencio. Era el soplo de aire fresco que ambas necesitábamos para volver a ser uña y carne.
Pero detrás de la ilusión se escondían pensamientos intrusivos que no podía esconder aunque quisiese seguir hacia delante.
—Todo está ocurriendo tan deprisa, apenas me da tiempo de asimilar los pequeños detalles —asimilaba mientras me ponía en pie para verme con él vestido puesto encima.
—No hay nada de que preocuparse, cielo. Todo está yendo como la seda. Tus amigas están apoyándote y ayudándote con el enlace —detallaba Andrea mientras me acariciaba la espalda —Todo irá bien, ya lo verás...
—Travis aún no sabe la verdad... no he encontrado el momento idóneo para decirle que será padre. Refugiarnos en Nueva York fue una decisión apropiada pero ¿y sí ser padre no está entre sus planes? —fruncí el ceño mientras me volteaba hacia ella.