Amelia nunca tuvo la intención de "robar" lo que Gen creía que le pertenecía. De hecho, nunca supo que le había quitado algo.
Gen había crecido en Londres, toda su vida se había rodeado de las mismas personas, le gustaba así, eso le daba la ventaja de tener el control sobre los que la rodeaban. Sabía cómo reaccionarían, sabía cómo tratar con ellos. Quizá había adoptado esa actitud y ganas de liderar de su madre -una abogada reconocida en la ciudad- de cualquier forma, cuando ocurrían cambios podía fiarse de tener a sus amigas a su lado.
Fue así desde que las conoció y era así ahora que estaban en la universidad. Si pudieran compararla con un personaje, seria con Regina George, pero una versión agradable. Una que no aterrorizaba a otros.
Ella era bonita, con buenas notas, de buena familia y hacia bien cada cosa que se le pedía hacer, estaba destinada a tener lo mejor, porque ella era la mejor. Se había esforzado mucho para serlo.
Y tal vez, esa era la principal razón por la que sintió una instantánea repulsión hacia Amelia. Ella hacia lo mismo que Gen pero sin hacer el mínimo atisbo de esfuerzo. Cada acto de bondad, cada respuesta que daba, salía natural y relajada.
La chica llamaba la atención de todos, era como si tuviera una luz siguiéndola a todos lados. Luciendo como un misterio resplandeciente, con su acento extranjero y su cabello atado en una trenza. Era difícil no notarla.
Era difícil no amarla.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
enero 14, cena de cumpleaños número diecinueve para Gen
-Feliz cumpleaños. -soltaron las chicas al unísono dejándole ver el patio de su casa decorado con globos y un enorme proyector para ver películas en él. Gen sonrió terminando de sacarse la venda que le habían puesto girándose para ver a sus amigas rodeándola con sus pijamas ya puestos.
Cada año, las chicas organizaban algo diferente para celebrarle, antes de la gran fiesta que organizaba ella misma. Era una tradición que habían formado con los años, un día en el que ella era el centro de atención -como si no lo fuera todos los días-.
-Chicas yo... -dejo de admirar el lugar al notar una cabellera extraña entre las demás. - ¿Amelia?
La pelirroja le saludo algo sonrojada. -Hola. -le dijo mirando al suelo. -Kali me invito, espero no te moleste. Es que no tenía nada que hacer y ella dijo que te organizarían una fiesta sorpresa y pues...Umm, feliz cumpleaños.
-Oh, pobrecilla. -dijo Ale caminando hasta ella para tomarla de las mejillas. -Se puso como un tomatito.
Las chicas dirigieron su atención a la nueva integrante mirando con ternura como el color rojo subía a su rostro cada vez más. -Es como una muñequita.
¿Espero no te moleste?, vaya mierda. Pensó Gen sonriendo con falsedad.
Se podría decir que todo siguió con normalidad para todos, a excepción de Gen quien paso cada segundo de la noche pensando en distintas maneras de hacer que Amelia se fuera de su casa.
