Las manos de monegasco temblaban de emoción. Llevaba toda la mañana ansiando que el momento llegara.
—Todo va a estar bien. —le animo su hermano abriendo la puerta de aquella pequeña cafetería haciendo sonar una campanilla.
El lugar estaba pintando de un color café y con decoraciones antiguas que te hacían sentir cómodo inmediatamente. Sin embargo, él no se detuvo a observar el panorama como lo hizo Arthur. Charles dio unos pasos lentos buscando a su amiga con la mirada, encontrándola rápidamente atendiendo a una pareja que se encontraba a unas cuantas mesas de distancia.
Su sonrisa se formó en un segundo, justo como pasaba cada vez que recibía un mensaje de ella.
—Busquemos una mesa. —sugirió el menor jalándolo hasta llegar a una silla, obligando a apartar la mirada.
Por su parte, Amelia seguía terminando de apuntar la orden de la mesa con una sonrisa y mejillas rojas, pudiendo escuchar los murmullos con acento francés a lo lejos. Camino con seguridad hasta la barra y dejo la nota con el pedido, preparándose mentalmente para girar y saludar a sus amigos como si no estuviera teniendo un mini infarto.
Limpio sus manos en el delantal blanco e intento atar de nuevo su coleta fallando al querer sujetar los mechones rebeldes que caían sobre su frente y mejillas. Su mente iba haciendo preguntas constantes sobre qué le diría a Charles al estar frente a él, ¿Cómo debía saludarlo?, ¿Debía resistir sus gansas de abrazarlo?, ¿Debía hacerle caso a Arthur y lanzarse sobre él con un beso?
Cualquier idea que estaba teniendo de como seria la forma adecuada de acercarse se vio interrumpida por el menor de los Leclerc.
—Amelia. —grito Arthur con emoción tirándose a ella con los brazos abiertos. —Por todos los cielos, eres más pequeña de lo que creí. —dijo al cargarla y darle vueltas en el aire como si fuera una muñeca de trapo.
—Bájame, bájame, bájame. —pidió aterrada de perder el equilibrio y caer.
—Déjala, animal. Vas a tirarla. —escucho como Charles le exigía a la par que guiaba sus manos a la cintura de Amelia ayudándole a no marearse una vez que estuvo con los pies en el piso. —Es muy joven para morir.
—Aja, y tengo muchos gatos por mantener. —murmuro cerrando sus ojos tratando de alejar las ganas de vomitar de ella. —También me da gusto conocerte, Arthur.
Una vez que volvió a abrir sus ojos y vio al joven frente a ella, fue que se percató de quien era el que tenía sus manos sobre su cuerpo. Girando sobre sus talones, dio con la cara del hombre que se robaba cada uno de sus suspiros.
—Hola.
Amelia tuvo suerte de que su boca pudiera abrirse para responder. —Hola.
Aunque no había pasado mucho tiempo desde la última -y única vez- que se habían visto, parecía como si se hubieran añorado durante años, sus miradas se conectaron inmediatamente provocando un escalofrió en la espalda de Charles. Ninguno dijo algo más a parte de ese saludo poco expresivo, prefirieron gastar esos segundos en sentir la presencia del otro, con él aun sujetándola y ella comenzando a guiar su mano para tocar aquellos brazos que la abrazaban.
— ¿Solo "Hola"?, ¿Para eso viajamos durante horas? —comento Arthur interrumpiendo el momento. —A pero no fueran mensajes porque ahí si nadie los frena.
Charles le dedico una mirada amenazante mientras soltaba a la chica. —Aun no entiendo porque mamá no te abandono cuando tuvo la oportunidad. —Amelia soltó una risita con su comentario. Ganándose otra mirada de parte del de ojos verdes.
—No sabrías que hacer sin mí. —le contesto.
Los tres aprovecharon el tiempo hablando de banalidades, cuando poco a poco fueron llegando los demás. Resaltando como curiosidad el hecho de que Lando y Kali llegaron juntos, diciendo que se habían encontrado unas cuantas calles atrás.
Una vez que el grupo estuvo completo, Charles solo tuvo que esperar, decidiendo que decirlo mientras hablaban sobre si la pizza llevaba piña o no era el momento adecuado.
—Soy un piloto de Fórmula 1. Y no me llamo Percy, bueno, si me llamo así, pero odio ese nombre, en realidad me llamo Charles. —comento haciendo callar a todos. —Y la pizza con piña es asquerosa.
Ale fue la primera en reaccionar comenzando con la tormenta de preguntas que Charles tuvo que responder. Los otros dos pilotos también fueron cuestionados por ellas, incluso Amelia pregunto algo para disimular.
Durante el interrogatorio, un par de clientes llegaron haciendo que la pelirroja se tuviera que levantar para atenderlos. Las chicas siguieron expresando sus dudas para finalizar diciendo que no importaba que les hubiera mentido, que seguirían siendo amigos.
CHARLIE LECRY
Charles
Y así es como debiste haber reaccionado
<3
Amelia levanto la vista del teléfono encontrándose con Charles teniendo sus ojos fijos en ella. Con una sonrisa y asegurándose de que nadie más la viera, le levanto el dedo del medio.
Ya que la verdad fue revelada solo hace falta que estos dos se dejen de idioteces y se agarren a besos
Lástima que se necesita más tiempo para eso
Espero hayan disfrutado el capítulo, nos vemos muy muy pronto
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𝙂𝙧𝙤𝙪𝙥 𝘾𝙝𝙖𝙩 ▰ 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘
Fanfictionᣚ ᣟ⇨❝dónde Amelia y Charles se vuelven mejores amigos sin siquiera haberse visto en persona ❞