Capítulo 6

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*Yulia*

–Hace un rato escuché a Nicholas quedar con alguien a las tres.

–Y que piensas hacer?–curiosea Natasha.

–Pues seguirlo, y cuando abandone el coche, pues le rompo algo.

–Hablas como si se tratara de un ejercicio de matemáticas.

A través de la ventana de mi habitación, puedo ver a Nick en la piscina hablando con alguien por el móvil, inmediatamente miro mi reloj de muñeca y tiene las dos y cincuenta.

–No te preocupes más–le resto un poco de importancia–tengo que dejarte, ya Nicholas debe estar al salir.

Y efectivamente, cuando iba bajando las escaleras, escuché el motor de su coche encenderse, así que corrí un poco para poder seguirlo en el coche de mi hermana sin perderle de vista, el viaje solo tardó unos diez minutos y al llegar aparcó el coche en un parqueo bastante lujoso para luego montarse en un elevador y subir.

Aparqué el coche de mi hermana a una distancia prudente y saqué un bate que traía en el asiento del copliloto.

Me posicioné, frente a su coche y dándome un poco de lástima con el Ferrari, dejé caer el bate con fuerza en el capó. Luego le dí a uno de los espejos retrivisor y volví para el capó a darle unos cuantos batasos achasclandolo y justo cuando mas feliz estaba el carró empezó a sonar una sirena.

Debí imaginarme que tenía una alarma.

Cuando iba a salir corriendo ví que había una roca bastante grande al lado del coche, así que antes de irme la cogí y a duras penas la pude tirar contra el parabrisas y escuchando como el cristal hacía un estruendo me alejé de allí corriendo y con una sonrisa en la cara.

*Nick*

Había quedado con Melissa en su departamento, y no habían pasado ni cinco minutos cuando escuché la alarma de mi coche sonar.

Casi me da un ataque al corazón cuando ví, el capó y el parabrisas de mi coche destrozados. Dios mi bebé, está completamente destrozada. Lo único que me consuela es que sé quien es la delincuente que hizo esto.

Resulta que el largo cabello rojo de Yulia se veía alejándose del parqueo.

Esa chica está completamente loca, y mi pobre Ferrari pagó sus locuras.

Después de que llamara a una grúa y se llevara mi coche al mecánico, se me calló el corazón al piso cuando me dijeron todos los daños que tenía.

Esa loca aparte de destrozar el capó y el parabrisas también lo hizo con el suelo, ya que la piedra calló achasclando el suelo del coche, va a estar por lo menos un mes en reparación.

Luego pedí un taxi y al llegar a casa con el enojo todavía en mis venas, sin pensar en nada más subía hasta la habitación de la asesina de coches, donde estaba durmiendo muy tranquilamente como si unas horas antes ni hubiera destrozado un coche.

Pero repito... estaba durmiendo porq yo mismo me encargué de despertarla.

–Despierta!!–exclamo y la sarandeo por loa hombros logrando que habra los ojos lentamente.

–Que pasa?–pregunta una somolienta Yulia mientras se incorpora en su cama.

–Quien te crees?–bramo–una puta asesina de coches o algo así?

–Que pasa? No te a gustado el nuevo look de tu coche?–pregunta divertida.

Y yo que pensaba que mi mal humor no podía aumentar más.

–Te crees que esto es un juego? Destrozaste el capó y el parabrisas del coche y por si fuera poco el piso también!!!

–También achasclé el piso!?–se pone ambas manos a los lados de la cara sorprendida–eso no lo había planeado pero bien por mí.

Que acaba de decir?

–Que pasa?–vuelve a hablar–donde está tu risita irritante de cada día–se burla.

–Ves que tenga ganas de bromear?

–Mira Woong, tu me hiciste perder el proyecto e hiciste que mis profesores me castigaran–me reprocha–y yo te destrocé tu coche, ya estamos a mano–dice con simpleza ofreciéndome su mano.

Mano que aparto de un leve empujón.

–Ahora si no es mucha molestia por favor, vete que tengo sueño–señala en dirección a la puerta y finge un bostezo. Luego si gumira dandome la espalda y se mete bajo las sábanas.

–No, no me voy. Todavía tengo cosas que decirte.

Silencio.

–Oye–le llamo.

Silencio.

–Se que no estás dormida.

Silencio.

–Yulia, te estoy hablando.

Más silencio.

Está virada de espalda a mi, con los ojos cerrados fingiendo dormir.

Me rindo y decido irme, ya mañana hablaremos de esto, esa chica tiene la capasidad de molestarme de cero a cien en cinco segundos.

Pero está loca si cree que voy a dejar esto así. Me destrozó mi ferrari así que no, no se va a quedar así.

Dios, que destrozó mi coche!!!

–Esa chica si que tiene valor. Nick que se auto-felicitó en tu cara por romperte el coche–se burla Jordan en voz baja–admiro a esa chica, enserio tengo que conocerla.

Doy una mirada al profesor de matemáticas quien está copiando algo en el pizarrón, así que vuelvo a hablarle a Jordan.

–No te burles tu también Jordan, que ya bastante molesto estoy con Yulia. Me rompió mi coche. Puedes creerlo? Mi coche!

–Esa chica tuvo el valor de hacer algo que no habría hecho ni yo–sigue Jordan hechandole mas leña al fuego.

Lo ignoro, para que mi molestia no aumente.

Y entonces recuerdo como me dijo el otro día que amaba se cabello.

Y ya tenemos a la víctima.

Prepárate Yulia Harries porque me temo que tu largo y precioso cabello pelirrojo lo va a pagar.

–Por la cara que acabas de poner, supongo que tienes una idea maquinando en tu cabeza–Jordan vuelve a hablar.

–La verdad es que sí–le sonrío–puede que su preciosa cabellera luzca un cambio.

–No estarás pensando en cortarle el cabello verdad?

–No esactamente, se lo voy a remodelar. Ella es de ese tipo de chicas que no les gusta que se metan con su cabello–explico–y es justamente lo que voy a hacer yo.

–No te lo recomiendo Nick, mira que ya te destrozó el coche a saber de que más es capáz.

–Pero si me lo va a agradecer! Su cabello va a lucir un cambio después de todo.

Después de haber terminado todas las clases, y pasar por una tienda a comprar pegamento, tomo el tercer uber del día para llegar hasta mi casa.

Por culpa de Yulia tengo que andar cogiendo uber cada vez que voy a moverme a algún lugar.

Pensar em eso me molesta, pero todo rastro de molestia se va de mi rostro cuando veo el bote de pegamente en mis manos
























































































Todo comenzó con mariposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora