Todo comenzó con mariposas

Capítulo 18

*Yulia*

—Que te pasa enana—habla Carlos sentándose a mi lado—desde el sábado te noto distraída y pensativa.

—Es por tu hermana?—pregunta Natasha—la extrañas?

—No chicos, ya mi hermana se fue hace días, además hablamos todos los días por video, y cuando terminen las clases voy a ir a verla—les contesto—lo que me pasa es que no dejo de pensar en Nick, me siento rara.

—Lo que te pasa, es que te gusta—habla Carlos.

—A mi? Noo, seguro lo que pasa, es que nunca antes había estado viviendo vajo el mismo techo con un chico—hablo.

—Un chico que además está muy bueno—dice Natasha alzando y bajando las cejas—todo hay que decirlo.

—Ya, por favor, donde quiera hay uno que está más bueno que Nick—le digo.

Los chicos y yo pasamos un buen rato hablando de cualquier cosa mientras tomábamos un café.

Jordan recogió a Natasha y la llevó a su casa y Carlos acaba de parar frente a la de Nicolle.

—Gracias rubio—le digo—nos vemos mañana.

—Uyyy mira quien nos está mirando fijamente.

Miro en la misma dirección que está mirando Carlos, y veo a Nick dentro de la piscina mirandonos con cara de pocos amigos.

—Voy a actuar—dice mi amigo y baja de su coche.

—Que vas a...?

Intenté preguntar pero todo se quedó ahí cuando Carlos se bajó de su coche y me bajó a una buena velocidad, para luego palmearme una nalga sin que me lo esperara.

—Verás como la fiera viene hecho una furia—ríe divertido.

Efectivamente Nick sale de la piscina y viene en dirección a nosotros.

—Bueno creo que me voy, si quiero llegar vivo a mi casa—habla mi mejor amigo, montandose en su coche y mandándome un beso a distancia, mientras se larga y me deja con un molesto Nick que ahora está frente a mí.

Verlo así no es bueno para mi salud.

Todo mojado llevando solamente un shorts, gotas de agua por todo su rostro y su pelo oscuro y mojado pegado a los lado de la cara.

—Pelirroja, si me vas a dar celos trata de que no sea así, no soporto ver que otro te toque—habla algo molesto.

—Yo no te estaba intentando dar celos—digo con indiferencia—el mundo no gira entorno a tí.

Cuando empiezo a avanzar y pasarle por el lado, me dá una nalgada.

—Pero, que te has creído?—casi le grito.

—No me digas que no te gustó—se ríe—Yul, se nota que te pongo nerviosa, y que te gusto, tu forma de actuar te delata. Cuando te vas a dar cuenta?—pregunta.

—Y yo te dije que los mujeriegos como tú no son una opción para mí.

En cinco segundos me toma de la mano y me acerca un poco hacia él.

—Por muy loco que te parezca, me gustas Yul—habla casi en susurros.

—Tu expresiones, como pones tus ojos en blaco, como frunces la naríz de una manera cómica cuando te molestas, como jugueteas con tu pelo y te exasperas cuando estás hablando y sientes que no te prestan atención.

—Tu cabello rojo que me vuelve loco, tus preciosos ojos azules, tu nariz y pequeños labios, tu cuerpecito bajito y boluminoso.

—Me encantas Yul, y odio que me encantes pero no lo puedo seguir negando, me vuelves loco y haces que sienta y haga cosas que no había hecho antes.