Amor Incondicional (Leah Clearwater x Fem) PAUSADA

-Eres Mía-

-Mmm... aah.. aah.- No podía dejar de gemir, sentir de nuevo las grandes manos de Leah tocando todo mi cuerpo era una sensación realmente placentera y siempre fue así, era como si un fuego quemara todo mi cuerpo y la única manera de apagarlo era teniendo su cuerpo desnudo junto al mío, ya no me importaba el ir lento, solo quería que me follara, olmo cuerpo lo pedía, lo exigía y yo no se lo negaría más.

Todo empezó inocentemente estábamos sentadas en el sofá, ella me tenia abrazada por el hombro y yo recargué todo mi cuerpo en ella queriendo sentirla más cerca de mí, me separé un poco dejando un pequeño e inocente beso en su cuello y eso fue todo para que mi loba perdiera la razón.

Ahora me tenía acostada en el sofá besándo y chupando mi cuello a su antojo, con sus manos por debajo de mi blusa amasando mis senos por encima del sostén, solté un fuerte gemido cuando hizo a un lado las copas y sus dedos pellizcaron mis pezones.

Mi espalda se arqueó ante el contacto y no podia dejar de gemir de placer, Leah sabía como me gustaba que me tocara y lo hacía tan bien, la escuché gruñir en mi odio gruñó en mi odio y eso hizo que me humedeciera más.

Sentí una de sus manos bajar hasta mi pantalón y rápidamente lo desabrochó para poder meter su mano en mí.
Sus dedos se abrieron paso por todo mis pliegues subiendo y bajando jugando en mi entrada.

-Estas tan húmeda y apenas te he tocado, ¿Cómo te pondrás cuando te folle con esto?.- No pude decir nada porque su mano abandonó mi coño y en su lugar frotó su polla en mí.

Podía sentí algo realmente duro y grande, no sabía si sería como las demás pollas normales, tenía tanta curiosas de verla y sentirla en mis manos, en mi boca o dentro de mí.

Leah me había explicado que desde que se transformó su clitoris crecía como un pene cuando estaba excitada o simplemente cuando despertaba, nunca fue doloroso para ella, fue más el impacto mental de que le creciera algo entre las piernas y aunque no me lo dijera, sabía que ese era el cambio que más le había gustado porque estaba segura que se moría por follarme con su nueva adquisición.

Yo lo podía sentir como algo normal, me separé de ella un poco quedando sentada y empecé a acariciar sus pechos sobre su ropa hasta bajar mis manos a si entrepierna, pude sentir su dureza y empecé a masajearlo de arriba abajo sacando gemidos de ella.

Desabroche su pantalón y adentré mi mano hasta tocarlo, todo bajo la atenta mirada de esos ojos que ahora brillaban, meto mi mano por debajo de su ropa interior para poder tocarlo mejor sin nada entre nosotros, envolví mi mano masturbandola lentamente y solo la vi echar su cabeza hacia atrás.

Se sentía algo grande y sobre todo grueso, me preguntó como carajos le creció eso entre las piernas sin causarle dolor, recorrí más su polla con mi mano y podía sentir la punta de su cabeza que era ancha, demasiado ancha.

-Estás goteando y apenas te he tocado.- Susurre en su oído diciendo las mismas palabras que ella me dijo a mí hace unos momentos y la sentí temblar, deslice la yema de mi dedo sobre su orificio limpiando la pequeña gota que salía de el.

Mire mi dedo que estaba pegajoso por su líquido pre seminal, no pude evitar llevarlo a mi boca para chuparlo saboreando el sabor de mi amada y eso fue todo para que la poca cordura de Leah se fuera al carajo. Me beso como nunca tan salvaje, tan duro, su lengua chupando la mía , sus dientes raspando mis labios los obscenos sonidos que hacían nuestras bocas era simplemente música para mí.