Capítulo 13

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Un hombre y una mujer, armados con dos rifles de asalto, vigilan la entrada.

Se ponen en guardia nada más nos ven llegar. Alzo la cabeza y veo a dos vigías en el tejado, que nos apuntan con rifles de francotirador parecidos al que posee Jen ahora.

Marc hace una especie de seña con el dedo y los dos vigilantes de la entrada se acercan corriendo hacia nosotros.

—Llevadla al cuarto médico, necesita atención en la pierna derecha.

Es la mujer quien se lleva a Jen al interior del edificio, a toda prisa, mientras el hombre vuelve a posicionarse en su puesto. Este asiente cuando pasamos y Marc le devuelve el gesto. Nada más atravesar la valla, otra mujer sale por la puerta y me mira fijamente, para después dirigirse a Marc.

—¡Riley! Lo primero, quiero saber dónde estabas. Lo segundo, quiero saber quiénes son ellos. Y por ellos me refiero a este chico de aquí y a la chica que acaba de entrar ayudada por Cassandra.

—Por supuesto, puedo explicártelo.

—Más te vale que sea así. Sobre todo, quiero saber lo primero. Has pasado dos noches fuera y sin dar señales de vida.

Riley, supongo que es el apellido de Marc. Es lo primero que pienso a pesar de que la mujer está bastante alterada y preguntando por Jen y por mí, cosa que veo lógica. Aunque, tal y como ha dicho, está más preocupada por saber por qué Marc ha estado fuera tanto tiempo.

Es ella misma quien me devuelve a la realidad.

—Mi nombre es Kara, por cierto. Disculpa mis modales, llevamos unos días un poco tensos —argumenta, en su presentación, ladeando la vista hacia Marc antes de hacer un gesto de desaprobación.

—Yo soy Jack. Y la chica que acaba de pasar es Jen. Venimos juntos.

Kara me hace una especie de reverencia y vuelve a mirar a Marc, alzando las cejas para escuchar su alegato.

—Necesitaba desconectar, ya me conoces. Y me encontré con él, que buscaba a su amiga desesperadamente. Y a eso nos dedicamos. Pero ya estamos aquí. Sanos, y salvos.

—Doy fe de ello —interrumpo, alzando mi mano derecha.

—Bien, vale. Pero espero que no vuelva a ocurrir. Marc, ya conoces cómo está el panorama. Y entiendo que necesites tu tiempo, pero, por favor... Ten cuidado.

—Lo tengo.

Me siento completamente perdido en esta conversación, así que muestro una cara de alivio cuando Kara me invita a pasar al interior del edificio.

Marc, que está detrás de mí, se encarga de cerrar la puerta cuando pasamos los tres.

El interior del inmueble es bastante simple: paredes consumidas por el tiempo y unas escaleras de caracol que conducen a las plantas superiores, además de puertas a los lados. Este sitio debió ser una comunidad de apartamentos que ahora ha pasado a formar parte de un refugio conjunto. Sin duda, la idea es buena. Y eficaz.

Kara lleva algo en la espalda. Es una especia de funda larga. Bueno, en realidad son dos. A la altura de su cuello, dos mangos grises, forrados con vendas o algo por el estilo, asoman fuera de las guardas. Puede que sean espadas, o algo así. Nunca había visto algo por el estilo, pero me llama bastante la atención.

Empezamos a subir las escaleras de caracol y tengo que echarme a un lado cuando la mujer que se ha llevado antes a Jen, Cassandra, baja con rapidez de nuevo hacia la puerta principal.

—Hemos tenido varios ataques de Oscuros en las últimas noches y hemos perdido a cinco compañeros en la batalla. Por suerte, no ha habido daños en el refugio. Espero que, además de haber traído a dos nuevos supervivientes, hayas investigado y cosechado algún tipo de evidencia útil en tu expedición —explica Kara.

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