Capítulo 14

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Abrazo la almohada cuando me despierto, a la mañana siguiente, pero no me levanto. El calor de las sábanas me devuelve una parte de felicidad perdida y la comodidad que me aporta el colchón es fascinante.

Cierro los ojos de nuevo, pero no para dormirme, sino para relajarme un poco más. Ayer estuve con Jen hasta tarde, y hoy la van a subir a su nueva habitación. Eso me dijo Samantha. Por otro lado, no he vuelto a ver ni a Kara ni a Marc, pero estoy seguro de que coincidiremos a lo largo de la mañana.

Abro los ojos de nuevo. Las ventanas de aquí también están tapiadas, pero una pequeña ráfaga de luz soma por un hueco sin cubrir (igual que en el centro médico), y es la única iluminación que hay ahora mismo.

Mis botas, que están junto a la puerta, me hacen ver un papel que alguien ha pasado por debajo de la puerta cuando estaba dormido. Me quito la sábana de encima y saco una pierna de la cama, para luego sacar la otra y sacudir la cabeza antes de levantarme por completo.

Me acerco a la puerta, agachándome una vez junto a esta para coger el papel, que está doblado en dos.

Lo abro y comienzo a leer.

Frederic acecha, así que ponte manos a la obra hoy.

Te estaré esperando en el comedor, espero que no llegues demasiado tarde. Jen ya está arriba, descansando, pero pásate a verla luego. Esta tarde empezarás a colaborar en el refugio, pero nada importante, no te asustes.

Destruye esta carta en cuanto tengas ocasión.

Kara.

—El secretismo de este sitio me hace pensar que las cosas están peor de lo que creía.

Vuelvo a doblar el escrito y lo introduzco en el bolsillo trasero de mi pantalón. Cojo las botas y me siento en la cama para ponérmelas. Cuando lo hago, le echo un vistazo a mis cosas y decido no ponerme la chaqueta.

Salgo de mi habitación y cierro.

Voy hacia las escaleras de caracol y desciendo hasta el piso bajo.

Hallo el comedor, entro y la mano de Kara me saluda para que pueda dar con ella. Está sentada en una mesa junto a Marc y otro hombre que no conozco. Me aproximo al grupo y me siento en una silla desocupada. Kara dice mi nombre en alto, presentándome ante el hombre desconocido. También habla de Jen, haciendo referencia a ella como la chica que ha venido conmigo, pero que no ha podido bajar porque está descansando en su nueva habitación.

A la derecha de Kara, está Marc, que guarda silencio. A la izquierda, el otro hombre, bastante mayor que el resto, de piel oscura, en silla de ruedas. Levanto la vista por encima de la mesa y veo que no tiene piernas, lo que me hace pensar que ha podido perderlas a causa de un accidente.

—Mi nombre es Terence —se presenta—. Es un placer ver caras nuevas por aquí.

Sonrío y me tiende la mano, a lo que yo le correspondo, estrechando ambas durante un par de segundos.

En la mesa de al lado, hay una chica con el pelo a la altura de los hombros, moreno y con mechas californianas rubias. Tiene la cara redonda y unos labios gruesos. Sus ojos son grandes y, cuando la miro, me devuelve la mirada.

Enfrente suya, un chico un poco más mayor que yo, moreno y con una espesa barba que le cubre toda la parte inferior de la cara.

—Y dime, Jack. ¿Piensas estar aquí mucho tiempo? —me pregunta Terence.

—Bueno —miro a Kara, y me encojo de hombros—. Jen y yo abandonamos una cabaña en un bosque cercano para salir a ver qué había fuera. Y aquí estamos. Estoy seguro de que seguiremos nuestro camino cuando ella se recupere.

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⏰ Última actualización: Dec 01, 2023 ⏰

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