Capitulo 21

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*Marcos Belmonte*

En el restaurante no fue la primera vez que ví a Sara, la había visto en mi Psicóloga, en varias citas ella salía antes de mi turno con la doctora, ya había escuchado su nombre. Desde que la ví llamó mi atención, tiene unos ojos color caramelo y pelo negro largo, su cara dice inocencia, pero su cuerpo es erotismo puro, trasero grande y redondo, caderas anchas y esas piernas gruesas que me dejaron, obsesionado con ella.

Cuando la ví en el restaurante no tardé mucho en sentir como se endurecía mi verga, jamás la había visto vestida así, siempre la veía en jeans, siempre casual. La estuve observando un tiempo junto a esos dos que estoy seguro de que tienen que ser sus parejas por como ella los mira y ellos a ella.

"Llegaste tarde"
"Yo nunca llego tarde " me contesto a mí mismo.

No pude evitar planear un encuentro en ese restaurante y no salió muy bien que digamos, sus noviecitos son un poco posesivos, aunque no los juzgo, yo ni siquiera hubiera permitido que saliera con aquel traje que no dejaba nada a la imaginación. Estoy seguro de que no tenía ropa interior, detalle que noté cuando se me puso dura la verga.
Cuando les dije a sus noviecitos que pedí sus datos por cortesía soné prepotente pero no mentía, solo hice varias llamadas para saberlo todo sobre ella, él dinero lo compra todo y a mí no me molestaba en lo absoluto gastar un poco del mío por ella.

En poco tiempo ya sabía que era de Puerto Rico, se acaba de divorciar, tiene un hijo de 8 años y estaba aquí en España por un caso judicial contra un tal Manuel. Eso me hizo sentir incómodo y llamé a mi informante pidiendo esa información completa. Ahora mismo me llegó el expediente psicológico de Sara, la doctora tiene una secretaria que se compra muy fácil. -sonrío

Mientras lo leo no dejo de sorprenderme.
-ataques de pánico
-trastorno de ansiedad generalizada
-depresión
-estrés postraumático

No me importan sus condiciones yo también tengo las mías, nadie ha tenido una vida tan perfecta como para no tener algo roto en su interior.

Llego a su testimonio y lo que leo hace que me hierva la sangre. No creo que necesite la información de Manuel porque todo está aquí. Maldito hijo de puta. Sé lo que siente Sara ya que es lo mismo que le ocurrió a mi hermana hacen años atrás y por lo que estoy asistiendo a terapia. No pude llegar a tiempo y el infeliz de su exnovio abusó de ella.

Ese día recibí un mensaje de mi hermanita
-Hermano, él está aquí por favor ven. Date prisa.

Supe de inmediato a quien se refería por varias situaciones que pasaron antes de eso y salí de mi oficina rápido, pero para mí maldita mala suerte encontré tráfico por un jodido accidente.

Cuando llegué subí las escaleras rápido para ir a su cuarto y ya era tarde, la encontré acostada en forma de feto y su cama con manchas de sangre, lloró como una bebé al verme y yo solo la cargué para llevarla al hospital. Desde ese día mi hermana no es la misma y yo tampoco por la culpa de no poder evitar que la lastimarán.

Hay sucesos en tu vida que dejan traumas y te cambian para siempre. Y hay personas que pueden ser empáticas con las personas rotas, pero no hay empatía más real que la que te ofrece una persona que tiene tus mismas cicatrices.

Ahora que sé todo sobre Sara, más anhelo conocerla.

*Izan*

Llegamos a la casa y Sara está emocionada, le habíamos hecho un área con muchos libros junto a un sofá cómodo para ella. Sabíamos que lo amaría. Ya nos preguntó si puede decorar la casa de navidad porque olvidamos que se lo habíamos prometido a Noah. Así que ahora vamos de camino a comprarlo todo.

Sara nuestra fugitiva (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora