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Felix no sabia a lo que había accedido, simplemente toda la rabia y enojo del momento lo habían llevado a hablar de más y a aceptar fxllar con Hyunjin en un cuarto de hotel muy lujoso por cierto, pero el detalle es que Jeongin estaría ahí como un espectador molesto.

No se arrepentía de aceptar acostarse con Hyunjin, le tenía ganas al alfa.

Solo no esperaba que su primer contacto fuera delante de su enemigo.

Como siempre, Felix escondió el olor de su feromona que olía a hierbabuena y miel.

Nunca permitía que alguien ajeno a su círculo cercano que lo conformaban pocas muy pocas personas, oliera su feromona, ya que para empezar era un secreto que era un omega dominante.

Solo Jisung, sus padres y Changbin sabían de su condición como omega. Sólo su gente de confianza.

El resto creía que era un beta lindo.

Felix vio como su majo temblaba ligeramente mientras estaban en el ascensor en el que subían y bajaban personas en distintos pisos.

La habitación que Jeongin había reservado estaba en el último piso del hotel.

Jeongin tenia una sonrisa de satisfacción en los labios y los ojos levantados en felicidad por lo que estaba a punto de venir.
Realmente lo odio.

Maldito omega mimado que mete las narices donde no debe.

Felix estaría muy feliz cuando finalmente complete su misión de volar la linda cabecita del omega de pelo negro.

Pequeño bastardo.

Los tres bajaron del ascensor.

Las feromonas dulces de Jeongin flotaban en el aire exaltando a las personas que pasaban junto a ellos.

La dulzura de sus feromonas influyeron en Hyunjin, pero en vez de sentir algún deseo hacia el omega se sintió terriblemente atraído hacia el bello beta de facciones delicadas como un hada y un cuerpo esbelto y fuerte.

Sus ojos miraban sus manos y Hyunjin lo miraba a él,  a ese beta que era en realidad un sicario con apariencia de cisne.
Jeongin sonreia divertido ante la tierna escena que protagonizaban el alfa y el beta.

Se tenían ganas y se notaba desde lejos.

Al entrar a la gran habitación felix pudo ver una enorme cama de sabanas blancas y adornos delicados, se veía costosa y sobretodo muy cómoda.

- entonces, como vamos a...

No pudo terminar la frase, pronto los labios de Hyunjin se estaban estrellando contra los del omega rubio.

El dulce aliento de Felix se mezclaba en la lengua del alfa quien no pudo evitar soltar un gruñido de excavación.

Bastaba un simple beso de este hermoso asesino para ponerlo así.

Sentía la suavidad de sus labios rosados, la resbaladiza lengua y el cálido interior de su boca.

Todas esas sensaciones lo consumían y lo acercaban a la locura.

De pronto unas dulces feromonas de omega empezaron a esparcirse por la habitación.
Jeongin se encontraba sentado en un sofá de terciopelo marrón cálido.

El omega dominante tenía las piernas abiertas y se estaba masturbando descaradamente mientras los veía.

A Hyunjin se le lleno la cabeza de una ira profunda que parecía no conocer límites ¿por qué estaba ese imbecil mirando a Felix de esa manera?

En efecto los ojos de Jeongin estaban puestos en Felix mientras movía de arriba a abajo la mano fuertemente apretada sobre su miembro efecto.

Ver la boca de Felix ser asaltada de esa manera era exquisito. La curva de su delgado cuello como de un cisne lo llevaban muy alto en el calor que lo embargaba.
Hyunjin tapo con su cuerpo a Felix dándole la espalda a Jeongin así ese pequeño bastardo no vería lo que era suyo.

Felix se deshacía entre besos en sus brazos.
Reprimiendo sus gemidos felix frotaba su cuerpo contra Hyunjin.

Ya podía sentir su miembro erecto a través de la tela de los pantalones.

El alfa le quito la parte superior de la ropa y abrazo al beta oliendo su agradable olor corporal para limpiar su nariz de las horribles feromonas de Jeongin.
Se acurrucó mientras sostenía la cintura estrecha de Felix. Sus brazos muy apretados a su alrededor no queriendo dejarlo ir nunca.

- Hyunjin, por favor...

Un suave quejido saliendo entre alientos entrecortados de la boca toda roja de Felix debido a los rudos y lujuriosos besos del alfa.

Hyunjin no se hizo esperar y rápidamente puso su boca sobre un rosado pezon de Felix quien gimió en voz alta y se aferro al cabello del pelinegro.

Podía sentir como este jalaba y mordía entre sus dientes su sensible pezon.

Luego poco a poco paso a darle la misma atención al otro pezon.

No soy tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora