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- Te voy a matar maldito hijo de p...

- hey, hey tranquilo, después de todo fuiste tú quien lo pidió - hablo Jeongin defendiendo a Hyunjin quien por cierto no se lo había pedido.

En efecto, la siguiente mirada asesina que recibió Jeongin fue de Hyunjin quien intentaba calmar a Felix que se vestía enojado con el cuerpo aún mojado después de la ducha rápida que había tomado. 

Hyunjin se disculpaba varias veces con Felix mientras Jeongin solo sonreía al ver el caos de la escena y tomaba su champagne el cual sabía tan barato, por Dios no había un buen servicio en este hotel. 

- Eres un asno, lo sabías? Es que no existe más palabras para definir a la perfección tu comportamiento, tu actitud, todo tu. -Felix gesticulaba grandemente con sus delicados dedos, su rostro sonrojado de furia resaltando sus pecas- no me puedo creer que te hayas atrevido a anudarme maldito bastardo. 

Jeongin sorbió de su copa un trago largo recordando el momento exacto al que se refería Felix o bueno casi porque de vino en ese instante. 

Hace un par de horas 

Felix se mecía debajo del gran cuerpo de Hyunjin quien había volteado al delicado rubio para ponerlo de rodillas sobre la cama y seguir embistiéndolo con fuerza descomunal, las feromonas de fuerte aroma inundaban la habitación. 

El dulce aroma de Jeongin, un omega dominante, se esparcía en el aire mezclándose con las feromonas de Hyunjin que eran igual de fuertes y envolvían por completo el esbelto cuerpo de Felix, su hermoso sicario, este último que se hacía para por beta pero que era un omega apenas resistía la lluvia de feromonas que se vertía sobre él. 

Hace unos momentos Hyunjin se había corrido dentro de él llenándolo por completo, felix pensó que el macho alfa se cansaría pero al contrario solo había cobrado aún más fuerza, el idiota omega de cabello negro miraba con ojos entrecerrados la lujuriosa escena que se presentaba en la cama. 

Podía observar cómo el miembro de Felix era acariciado por  las grandes manos del alfa, Hyunjin repartía besos húmedos por la nuca de Felix. 

En cierto punto Felix no dejaba de llorar, su rostro rojo arrugado en placer agonizante. Las lágrimas fluían por sus suaves mejillas y Hyunjin las besaba como un hombre sediento en el desierto. 

- mio, mio, mío, mío, mío.

Los susurros del alfa se escuchaban por toda la habitación. 

Los dedos del alfa empezaban a dejar marcas violáceas en las caderas de felix, el pobre rubio estaba siendo destrozado, pensó Jeongin. 

El omega peli negro se paseó alrededor de la pareja que follaba con crudeza en la cama y se agachó a la altura del oído de Felix.

- yo no te penetraría de esta forma, no soy un animal- beso el lóbulo de la oreja del rubio lloroso- te metería mi miembro suavemente mientras muerdo tu cuello. 

Felix se retorció lejos del maldito omega odiando sus palabras aunque no pudiera procesarlas del todo. 

Hyunjin seguía perdido en el placer que le conferí sentirse ser ordeñado por el interior de Felix. 

Jeongin frotó su miembro en el hombro del beta rubio y deseó que el alfa se alejara de Felix para poder saborear unos momentos al delicioso sicario que gemía y lloraba de una forma exquisita. 

Era algo raro de decir si eras un omega, pero nadie diría nada si un alfa lo comentara. 

Se agachó a la altura del rostro del sicario hermoso y lo besó con entusiasmo, el chico rubio le devolvió el beso, pudo sentir la lengua cálida del beta mezclándose con la suya, pronto acalló cada gemido de la boca de Felix. 

No soy tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora