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Karl no conocía la zona en la que estaban yendo, pero no podía negar que era preciosa. Era una zona residencial, totalmente silenciosa y tranquila, le gustaba.

Frenaron de golpe frente a una de las casas. Nadie había mencionado una sola palabra en todo el camino y el ambiente se notaba algo tenso. Dream golpeó suavemente la puerta y poco pasó hasta que esta se abrió dejando ver al de gorro que había asistido a la heladería horas antes.

-¡Dream, George!- Ambos se acercaron a abrazarlo y luego le dedicó una mirada al castaño. -¡Hola, tú!- Karl le devolvió el saludo sintiéndose algo incómodo.

-¿Podemos pasar?- Preguntó el ojiverde y Quackity asintió.

Los cuatro se encontraban sentados frenta a la bonita mesa de vidrio, Karl agarraba con fuerza el vaso con agua que el anfitrión le había dado minutos antes, perdido en sus pensamientos mientras los demás seguian hablando.

-¿Karl?- Salió de sus pensamientos para luego percatarse que los tres pares de ojos lo observaban con atención.

-¿Perdona?- El de gorro soltó una leve risita.

-¿Cómo te sientes?- El castaño tuvo que tomar una gran cantidad de aire antes de poder hablar otra vez.

-Creo que un poco mejor, aún no me lo creo del todo.- Quackity le tomó de la mano izquierda y acarició el dorso de la misma con su pulgar, intentando darle un poco de apoyo. Karl sonrió por el gesto. -¿Cómo se lo tomó él?

-Supongo que igual que tú, a todos nos tomó por sorpresa ¿No?- El castaño desvió la vista e hizo una mueca.

-¿Es tu novio?... Perdón.

-¿Por qué? No es tu culpa, además, ya sabíamos que esto podía pasar.- Karl se estremeció.

-¿Cómo es él?- Quackity sonrió en grande.

-Es la persona más linda que podrás conocer... Tan atento y amable. A mí me trató tan bien siendo novios, y eso que no soy su alma gemela, no me imagino como te tratará a ti, que eres la mitad que le faltaba. Cuídalo demasiado, por favor.- Sus ojos se conectaron, intentando transmitirse paz. -¿Cómo eres tú?

-Un terroncito de azucar.- Interrumpió George. -La mejor persona que he conocido. No se hacen una idea de lo feliz que me hace saber que Sapnap es quien está destinado a estar con él, porque los conozco a ambos y sé que no podría haber un mejor complemento.

Todos se quedaron en silencio. No era necesario decir nada más pues a pesar de que Quackity recíen conocía a Karl, algo muy dentro de él le decía que no debía preocuparse por nada.

El sonido de una llave siendo introducida en la cerradura fue lo que sacó a todos de la burbuja de pensamientos. Karl miró a George, intentando transmitirle el pánico por medio de su mirada, pero ninguna de las tres personas le estaba prestando atención, pues se encontraban expectantes ante la inminente entrada del de bandana.

-¿Quackity?- Llamó y Karl sintió un escalofrío de solo escuchar el tono de su voz.

-En la cocina.- Respondió con voz melodiosa, para luego guiñarle un ojo al castaño, que sentía su cuerpo temblar.

A penas el de bandana cruzó el umbral sus ojos se conectaron con los de Karl, creando aquel espectáculo de luces. George snrió emocionado al ver a sus amigos en tal situación. Karl soltó la mano del de gorro, y como si se tratasen de dos imanes se comenzaron a acercar.

-Creo que los vamos a dejar solos.- Interrumpió Quackity, jalando a la otra pareja y luego escucharon la puerta cerrarse.

LILA PASTEL | karlnapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora