TaeHyung siempre creyó que su torpeza era sinónimo de mala suerte, llegando al extremo de alejarse del mundo y siendo acompañado por su mejor amigo. Pero su vida cambia cuando a él llega en forma de regalo un collar y con él su suerte cambia.
‣Shi...
Los dos se sonrieron al despertar, uniendo sus labios y susurrándole un buen día entre besos y caricias, ambos amaban esas muestras de cariño, era como alimento para su alma―. He pensado en buscar trabajo ―dice el rubio a lo que TaeHyung le mira.
―Pero, mi amor, ¿los documentos que certifiquen que eres ciudadano, de donde los sacaras? ―JungKook sonríe divertido.
―Es solo comunicarme con mi madre y todo resuelto, no sé, te parece, sí, digo que soy chef o profesor, cualquiera de las dos carreras me gusta para desempeñar ―TaeHyung se levanta de la silla del comedor para sentarse en el regazo del rubio.
―Lo que desees, mi hermoso trébol ―deja varios besos en el rostro contrario del que ya hace dos meses es su novio―, si ello te hace feliz a mí también ―JungKook es quien acuna el rostro de su castaño para besarlo cómo tanto, ama hacerlo.
―Entonces hablaré con mamá ―dice al separarse de los labios delgados de su pareja―, ¿sales temprano hoy, amor? ―Tae asiente―. ¿Deseas algo en especial, mi cielo? —Vuelve a cuestionar viendo la afirmación por parte de su lindo castaño.
―Sí, un novio a la carta y muchos mimos ―los dos sonríen para volver a unir sus labios totalmente perdidos en su amor.
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―Te ves… radiante ―expresa Jimin a su amigo―. Desde la llegada de JungKook tu vida dio giro de ciento ochenta grados, es impresionante ―el castaño sonríe acariciando su collar―. Ya no estás tan distraído y él… ¿Te hace feliz, no es así?
Tae suspira y asiente―. JungKook llegó cuando menos lo pensé, pero cuando más lo necesitaba ―susurra haciendo sonreír al pelinegro―. Quiere buscar trabajo, me dijo que le pedirá ayuda a su madre, el hada verde, para que le consiga los documentos necesarios en nuestro mundo ―Jimin abrió sus ojos anonadados.
―Eso quiere decir, ¿qué se quedará a tu lado? ―el castaño asiente con una gran sonrisa.
―Estoy tan feliz, Jimin. Él me hace sentir tan completo, que todo lo que me rodea es un solo un complemento. Nunca creí que el amor llegara a mi casa por medio de un collar y que fuera de otro mundo, aun así, lo amo, como sé que nunca lo haré con otra persona.
Jimin lo abrazo fuerte, adora a su amigo, su hermanito menor―. Me alegra haber ido a Shibumi, ese lugar es magia en la tierra.
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―No pienso volver, mamá. TaeHyung me acepto en su vida, madre debe de entenderlo ―más Indha baja su rostro.
―Trataré de detenerla, amor, pero ella es tan terca, cree que estás encaprichado con ese humano. ¡Ya no sé qué más decirle! ―El rubio abraza a su madre dejando un beso en su frente.
—Cheonsa debe de entender, mamá. No todo gira según sus designios, soy un ser libre que puede decidir y yo siempre decidiré estar al lado de TaeHyung aún con todo lo que está pasando en su mundo Indha le sonríe con cariño a su hijo―, ya ella recapacitara, mamá, ahora me ayudaras con lo de los documentos ―la peliverde asiente sonriéndole de nuevo a su hijo.
―Por supuesto, pero prométeme que lo traerás en otra oportunidad, quiero conocerlo ―JungKook asiente encantado y vio cómo su madre le entregaba una carpeta con los documentos pedidos―. Si algo puedes hacerte cargo de la tienda ―el rubio hace un mohín disconforme―, eres igual que tu madre la reina ―los dos sonríen sin saber que nada de esa felicidad era bien vista por Cheonsa.
‹No puedo dejar a mi heredero en manos de un simple humano› habla ella sin entender que lo que sentía su hijo y ese humano era mucho más profundo de lo que ella había experimentado con su propia esposa.
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