All Smite_Cómo caen los poderosos (All Might Villano)

Capitulo 35 El filo de la navaja

Tomura no esperaba encontrar a Izuku. El plan había sido que él ayudara a entrar en el refugio y luego se trasladara a una posición de respaldo a lo largo del perímetro de la pelea, a una calle del escondite. Después de lo que pasó la última vez que Tomura se peleó, no confiaba en sí mismo para mantener el control.

Había disfrutado la sensación de la carne descomponiéndose bajo sus dedos, la sangre pegada y cubriendo el polvo. No quería volver a sentirse así; no podía convertirse en un monstruo.

Y, sin embargo, cuando vio los coches de policía volando por el aire y la gente gritando, supo lo que se avecinaba. Mordiendo las correas de sus guantes, se los arrancó y golpeó la calle con las manos. El pavimento crujió y se estremeció, y grandes trozos se disolvieron hasta convertirse en polvo. La descomposición continuó extendiéndose, derribando los autos volcados y los escombros de los edificios.

Tomura permitió que la destrucción continuara, pero levantó las manos cuando vio a All Smite y su predecesora ( la abuela de Tomura ) detenerse frente a la calle deteriorada.

All Smite no estaba en su típico traje de villano con el ridículo casco y hombreras puntiagudas, pero los músculos ondulantes que se asomaban a través de su camisa blanca rota eran un mensaje suficiente. Tomura moriría si continuaba luchando.

Pero el destello verde pegado al pecho de All Smite dejó dolorosamente clara la realidad de la situación. La paz no era una opción.

Tomura se movió sobre las puntas de sus pies, preparándose para correr hacia adelante si All Smite decidía huir. No los dejaría irse con su hermano.

Sin embargo, colocó suavemente a Izuku junto a un gran trozo de escombros (una señal de algún edificio) y un auto volcado. Los ojos de Izuku brillaban de un verde tóxico y parecía desorientado mientras miraba a su alrededor. Y, sin embargo, a pesar de estar desatado, no intentó escapar ni moverse cuando All Smite le dio un beso en la frente.

Ya le habían regalado a su hermano Uno para Todos.

Tomura había tenido pesadillas cuando era niño en el que su abuela y su familia lo atrapaban, le imponían el don y poco a poco perdía todo sentido de quién era.

La máscara de Tomura había sido destruida en la última pelea y no había habido tiempo para arreglarla, lo que significó que All Smite recibió todo el impacto de la furia ardiente de Tomura.

Se clavó las uñas en el cuello y sintió que la piel se pelaba debajo. "Tú," siseó.

"¡A mí!" All Smite declaró. Los ojos del villano brillaron y entrecerró el ceño. "No creas que he olvidado lo que has hecho, sea familiar o no. Pagarás".

Tomura abrió las manos. "Mientras obtengas tu justa recompensa, aceptaré lo que sea".

All Smite cargó y Tomura hizo lo primero que se le ocurrió: agacharse.

All Smite era un hombre gigante y sus golpes podían aplastar fácilmente los coches entre los escombros. Tomura no tendría ninguna posibilidad si lo golpearan. Sin embargo, podía agacharse y evitar los ataques de All Smite y quitar el polvo de los escombros entre él e Izuku.

Izuku era su prioridad ahora. Todo Smite no importaba. Nadie más importaba. Lo único importante era recuperar a su hermano.

"¡Oh, no, no lo haces!"

Tomura apenas pudo esquivar el golpe de All Smite y, en cambio, dejó caer y descompuso el pavimento alrededor de los pies del villano, con la esperanza de interrumpir su movimiento. Se arriesgó a mirar al villano mientras corría a su alrededor mientras su cuerpo todavía estaba en movimiento, tratando de golpearlo.