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En un rincón del tiempo, el recuerdo de cierto día particular se desplegaba con aires de incertidumbre hacia aquel duro momento en la clínica de fertilidad.

Jimin se encontraba sentado en una de las sillas de la sala, esperando expectante y nervioso el resultado de los exámenes que determinarían si el procedimiento de la inseminación artificial había tenido éxito o no. Si había logrado quedar embarazado o no.

Frente a él, su médico de cabecera, Kim SeokJin, compartía la misma ansiedad del momento. Su rostro, que normalmente irradiaba confianza, está vez mostraba ligeras líneas de preocupación y tensión por los papeles que tenía en sus manos.

Era el tercer intento del ilusionado doncel por convertirse en padre; y tanto la presión como la incertidumbre llenaban la atmósfera. SeokJin era consciente que cada resultado negativo afectaba profundamente a Jimin; era su sueño tener un bebé, pero por su condición de doncel especial irregular, eso no resultaba tan fácil de concretar.

—Jiminie, comprendo lo importante que es esto para ti, has sido muy valiente y espero sigas siendo así hasta el final —La voz de SeokJin salía con esfuerzo, a la vez que trataba de ser suave y compresivo para lo que se venía.

Al notarlo, Jimin asintió con un nudo en la garganta, temiendo por la noticia que podría darle bajo esas circunstancias. Sin embargo, SeokJin, apretando levemente los labios por la frustración que sentía, anticipó el duro resultado y declaró:

—Lo siento mucho, pero el tercer intento de la inseminación artificial ha fallado. No se ha podido producir el embarazo.

El tiempo en la sala pareció congelarse en ese instante, procesando con calma la dura noticia. Por dentro, Jimin sintió una mezcla de desilusión y tristeza estrujar muy lentamente su afligido corazón, mientras que por fuera, sus ojos vidriosos luchaban contra las saladas lágrimas que amenazaban con caer libres por sus delicadas mejillas.

Su fuerte convicción se desvanecía ante el peso de la nueva decepción. Todas sus esperanzas e ilusiones resguardadas muy dentro de su pecho, se volvían a fragmentar y romper en mil pedazos frente a sus ojos, haciéndole ver por tercera vez, que no iba a ser posible cumplir su valioso sueño de concebir al menos un bebé.

Sin embargo, SeokJin, sintiendo la fuerte carga emocional del momento, se esforzó por infundir un rayo de luz en la oscuridad.

—Jiminie, entiendo que todo esto debe ser muy difícil para ti, pero lo que quiero que sepas, es que aún no hemos agotado todas nuestras opciones. A veces, la concepción puede darse de forma aleatorio en cualquier intento sin importar el proceso o método que se utilice, así que no te culpes ni desanimes por esto. Aún nos queda un cuarto intento para seguir probando, y si falla, podemos intentar con la fecundación in vitro, que tiene una mayor taza de éxito.

—¿De verdad cree que pueda funcionar si lo volvemos a intentar, hyung? —Jimin levantó la mirada hacia SeokJin, mostrando en sus ojos un anhelo de esperanza.

—Por supuesto que sí —afirmó con gran determinación el doncel mayor, mientras lo tomaba de las manos—. No te dejaré solo en esto. Trabajaremos juntos para hacer realidad tu sueño, te lo prometo. Haré hasta lo imposible para que todo sea un éxito en este último intento.

Recobrando cierto brillo en la mirada, Jimin sintió como la promesa del médico inyectaba un rayo de esperanza en su apagado corazón.

—Gracias, hyung. Significa mucho para mí —expresó finalmente Jimin, llenándose nuevamente de fuerza y determinación.

Entre ronroneos y caricias [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora