Capítulo 28

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Nora

Yo iba a matar a estos dos, Ferran estaba jugando con Noah con tan sólo dos meses en el suelo de casa, todo tirado.

—No, veo que no te das cuenta—me puse frente ellos

—Si me doy cuenta, luego lo recojo—rodeo los ojos

Noah estaba malo pero tiene energía para todo, le habían puesto la primera vacuna y estaba pachucho.

—Es que debería estar en el sofá el niño, está malo—puse mis manos en la cara y suspiré

—Tranquila—Ferran se acercó a mi y me abrazó—ahora recojo todo y lo pongo en el sofá y lo duermo pero no llores

Asentí mientras cogía a Noah y lo apechuscaba en mi pecho balanceadolo, Ferran recogió todo y me lo cogio de los brazos, se tumbó en el sofá con el mientras acariciaba su espalda. Ahora Noah tenía la cara más pachucha, y estaba empezando a llorar me puse de rodillas en el suelo frente a ellos y los miré.

Noah se revolucionó un poco y empezó a moverse mucho y moviendo mucho las manos casi al punto de darle a Ferran.

—Eh, tranquilo, ya está mi vida—le susurré y él lloro—pero si hace un momento estabas jugando con papá

—Es verdad, pero igual le ha venido ahora el dolor—dijo Ferran con pena

Lo miré y sonreí, se preocupaba mucho por Noah y me alegraba.

—Oh, igual quiere comer—lo cogí y me subí la camiseta para sacar mi pecho y se aferró al segundo—ves tenía hambre

Me senté en el sofá y Ferran apoyo su cabeza en mi regazo le acaricié el pelo y miré al frente.

—Mi madre viene en unas horas—asintió el tenía que ir a entrenar y yo tenía que hacer cosas en casa

—Hace días que no lo hacemos—murmuró y rodé los ojos

—Lo sé, pero esta malo, sabes que sino lo haría—asintió

Tenía razón, llevábamos tres semanas sin tener relaciones sexuales pero no me daba la vida.

—Laia se ha cortado el pelo—sonreí

—¿Si?—pregunto

—Si, por encima de los hombros está guapísima—le acaricié el pelo

—Pues estará guapa—asentí

Mire a Noah quien aún comía, acaricié su carita y sonreí.

—Estás más gordito tú eh—le di un besito en la nariz

—Es que es un glotón—dijo Ferran cogiendo su pie

Se pasaba el día pegado a mi pecho, y más desde que se puso malo, era normal pero madre mía como comía el tío.

Mi madre llegó y Ferran se tuvo que ir se despidió de nosotros y yo me fui hacer cosas en la casa, escuchaba los murmuros de mi madre cantándole a Noah y sonreí.

—De verdad, como lo deja Ferran esto—sople hablando con migo misma

Recogí la ropa de Noah bien porque cada vez que Ferran lo cambiaba dejaba todo fatal y luego fui a mi habitación.

—Cuando venga lo mato—mire donde tenía los zapatos y estaba más de lo mismo

Lo recogí un poco por encima y me tumbe un poco en la cama cerrando los ojos y quedándome dormida.




A las horas sentí alguien poniéndose detrás mío y me abracé a él sabiendo quien era.

—¿Estas cansada?—asentí bostezando

Cafune// Ferran TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora