Ecos del pasado [Countryhuman] (TReich x Soviet Union)

[Capitulo -9- «Desagrable»]

«Desagradable»

Jueves / 4 de noviembre / 13:00 p.m

Nunca ha tenido un retrato de su familia, ni siquiera una sola imagen escondía en su casa, siendo una vergüenza las acciones que cometieron en el pasado sus familiares, era de esperarse que la joven alemana los viera como una humillante acción el tan solo reconocerlos.

Mirando a través de la ventana del autobús que tomó, la joven rubia de lentes no dejaba de recordar el momento en que miró a su padre nuevamente, un hombre del cual apenas conoció por 4 años antes de su muerte.

Un suceso inexplicable e increíble que solo en sueños podría suceder el hecho de revivir a alguien, pero ahora, ese tonto deseo cumplido hace que no tenga ni el valor de volver a verle la cara a esa persona.

Recargaba su brazo sobre el marco de la ventanilla, apoyando la cabeza en su palma mientras intentaba despistarse observando los miles de pinos verdosos que se extendían en las lejanas colinas. El autobús, vacío de sus asientos y con el ruido del motor, le provocaban ese hueco en el fondo de su alma, una soledad donde siempre intentaba ignorar.

Alzó su mirada hacia el cielo despejado que se mostraba, una deslumbrante mañana era, pero que nubes espesas se juntaban desde el otro extremo hacia donde iba, asegurando una lluvia nada bonita por esos tonos oscuros que coloreaban, vaya suerte que tenía. "Maldita sea...", maldijo malhumorada.

Llevaba horas desde que había salido de la ciudad de Berlín, un vuelo y casi tres autobuses que tomó para llegar a un lugar nombrado "Trippstadt". Era un hogar viejo donde vivió su infancia antes de que fuera hallada por los aliados. ¿Por qué hallada?, bueno eso era porque fue oculta del mundo en este pueblo. Su inocencia de niña ni siquiera conocía que había una guerra fuera del país en esos años, criada en este lugar tranquilo y sin caos, nunca imaginó que fue así como intentó su padre engañar de que no tenía una hija en medio de la guerra, escondiendo la existencia de la rubia en este lugar.

Ha viajado para recordar las miles de memorias que había intentado borrar desde hace años. Precisamente era una forma de afrontar indirectamente a lo que no quería ver, escapando de la situación desde hace varias semanas. Perseguida por la culpa y el estrés de haberlo abandonado así. No quería ser una mala hija, sin embargo, apenas y conoce algo más de su padre aparte de sus atroces hechos.

Con la mente llena de problemas, suspiró profundamente por no saber qué hacer y cuanto menos esperó, estaba apunto de llegar a su destino. Se levantó de su asiento y caminó hasta el frente del transporte.

—Kannst du mich hier lassen?... [¿Puedes dejarme aquí?...].—. Dijo hacia el chofer.

El sujeto quedó extrañado por el pedido de la rubia, y como no si estaban en medio de una carretera del bosque que transcurría, no había otros pueblos o tiendas cercanas en la zona, sin embargo, accedió al pedido de la joven.

Se detuvo el autobús bajando enseguida la alemana quien directamente se quedó frente al denso bosque de hojas cálidas. Con una expresión de sin motivación alguna, ni un brillo de alegría deslumbraba en ella; en cambio, tenía esas ojeras oscurecidas debajo de sus ojos por no haber dormido bien en todo este tiempo.

El transporte siguió con su ruta quedándose ella en la tranquila y solitaria carretera. Aunque no había nadie en el lugar, inmediatamente puso atención a los cantos de los pájaros que abundaban entre los tantos árboles de hojas verduscas e iluminadas por el día.

Alemania, con la mirada hacia el cielo, observaba esa paz con la que se mecían suavemente las ramas de los árboles. Cada rayo de luz que atravesaban entre lo verdoso y ásperos troncos le brindaba la sensación reconfortante de encontrarse en un lugar familiar. Cerró sus ojos y exhaló con gran alivio, desestresando cada rincón de su mente hasta relajar sus hombros en conformidad.