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Te muerdes las uñas, preguntándote si deberías ayudar o no a Níobe después de que haya insultado gratuitamente.

Pero de nuevo, tus instintos te molestan a más no poder.

Quieres interferir para salvar a sus hijos e hijas quienes tomarán la culpa por la arrogancia de su madre.

“Quizás, no deberías castigar a sus hijos y castigarla a ella en su lugar.” 

Le dices a Apolo, quien prepara su arco y flecha.

Seguro, aquí hay una opinión alternativa:

“No voy a tolerar insultos contra ti o mi madre, no interfieras en mis métodos de castigos.”

Apolo dijo con un tono que sugería que no deberían jugar con él, sus ojos fijados firmemente en los tuyos, haciendo el punto claro.

“Solo estoy intentando ser lógica, si la madre está mal, ¿por qué castigar a los hijos?”

Tu esposo ríe, sacudiendo su cabeza en decepción mientras pone sus manos en tus brazos.

“Mi dulce solcito, no te preocupes por la violencia que voy a cometer por nuestro amor y honor,” Apolo dice.

“Mi hermano tiene razón, no necesitas entrometerte en tales asuntos.” 

Artemis dice, entrando a la recamara usando su armadura.

“Pero si te ayuda a dormir a la noche, intentaremos ser piadosos y solo matar a los hombres.”

La deidad de la luna finaliza con una sonrisa asegurada.

“Iré a dormir en mi recamara.” dices antes de dejarlos.

‘Acaso Artemis sabe que sigo siendo virgen?
Espero no le cuente a Apolo.’

♡♡♡

“¿Qué haces aquí, Ares?”

Preguntas sorprendida al ver a la deidad de la guerra entrando al palacio.

Pero también te sentías cautelosa.

“Tu esposo no está en casa, así que decidí darte una visita.”

El hombre de pelo oscuro camina alrededor tuyo en círculos, sosteniendo su lanza mientras te mira.

“Parece que acabas de volver de la guerra.” apuntas.

“Lo hice, pero salí decepcionado.”

Tragas suavemente, dándote cuenta de a que se refiere.

Para ser específicos, está hablando sobre el hecho de que ayudaste a los soldados enemigos al curarlos.

No es nada personal, necesitaban auxilio y tú les ayudaste usando tus poderes.

Y Ares lo tomó personalmente, parece.

“Requerían auxilio, y yo los ayudé, es mi deber.” 

De repente Ares tiene su lanza contra tu cuello de manera amenazante.

“No tendrías que haber interferido en mis-”

Ares deja de hablar cuando rompes su lanza.

No, osea, literalmente acabas de romper su lanza con facilidad, mientras realizas tu error.

Hiciste que el dios con problemas de ira se enoje contigo.

Ambos se miran el uno al otro mientras ofreces la otra mitad rota de la lanza con una sonrisa nerviosa.

“Me disculpo, no estoy acostumbrada a mis poderes.”

Pero Ares te agarra del cuello, arrastrando sus uñas por tu garganta.

“Parece que necesitas una lección, zorra.”

Dark! Mitología griega (Harem inverso x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora