~ Capitulo ocho. ~

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Lena había cumplido su palabra y se había quedado con Kara en casa de sus padres. El matrimonio las acogió desde el momento en que pasaron el umbral de la puerta con aquella mala noticia. Durante la cena, todos trataban de lavar el ánimo y distraer a Kara. Lionel contó algunas anécdotas graciosas de los primeros años de sus hijos, haciendo reír a todos. Kara se imaginaba a una pequeña niña corriendo por aquella enorme mansión, jugando a ser una princesa mientras su hermano hacía de dragón en los duelos imaginarios. Lillian mencionó las travesuras que Lena había hecho a un niño llamado Alexander, como dejarlo calvo tras convencerlo de que le daría una buena suma de dinero, o convencerlo de que podía volar sin lastimarse después de caer en una piscina de gelatina. En fin, cosas que hacían preguntarse cómo podían los niños hacer algo así.

Sin duda, era la primera vez que Kara veía rastros de una familia unida, con una calidez reconfortante y risas naturales. También era la primera vez que notaba a Lena tan cómoda, totalmente relajada. Después del postre, todos salieron al jardín trasero, donde una brisa fresca los recibió. El ambiente cambió un poco, pero Lena seguía siendo igual, abrazando a Kara, tomándole las manos y abrigándola con una manta para que se sintiera cálida y cómoda. También le preguntaba constantemente si se encontraba bien o si necesitaba algo.

En un momento, Kara levantó la vista y observó a Lionel. Se dio cuenta de que el amor y la preocupación que Lena le mostraba provenía de él. Era exactamente igual a Lena en la forma en que trataba a su esposa. El único que estaba solo en el sofá era Lex, quien en lugar de una taza caliente, tenía una copa de vino en la mano.

De repente, Lex rompió el silencio y preguntó: "¿Entonces tu madre se mejorará?"

Kara respondió, con esperanza en su voz: "Tengo la esperanza de que sí, pero todavía debe permanecer en el hospital".

Lex asintió y dijo: "Tu madre mejorará, no lo dudes. Cuando se recupere, dile que puede venir aquí, será bienvenida con los brazos abiertos".

Kara agradeció el gesto y prometió transmitirle el mensaje a su madre.

Luego, Lex preguntó: "Lamento preguntar esto, pero ¿cuál es el nombre de tu madre?"

Kara respondió: "Mi madre se llama Alura".

El rostro de Lionel se mantuvo serio al escuchar ese nombre. No le hizo ninguna gracia, pero decidió romper la tensión diciendo: "Es un bonito nombre".

Kara no pudo evitar notar el cambio en la atmósfera después de mencionar el nombre de su madre, pero decidió dejarlo pasar y disfrutar del momento en familia. Después de todo, era la primera vez que sentía esa unión y calidez en mucho tiempo, y estaba agradecida de tener a Lena a su lado.

Horas después, en la habitación del matrimonio Luthor, un ambiente tenso se hacía presente y fue Lillian quien decidió ponerle fin.

Lillian: Siempre me pregunté si las coincidencias eran posibles, y ahora sé que no lo son.

Lionel: Sé que no es una coincidencia su nombre, sé que ella es hija de esa mujer y no me costaría nada tomar el teléfono y confirmarlo por completo. Tú mejor que nadie lo sabes.

Lillian: Lo sé, pero hay razones para que no lo hagas.

Lionel: ¿Cómo qué?

Lillian: Ese pasado ya no existe, ya no es ni siquiera un fantasma.

Lionel: Pero siempre, siempre al verla sabré que pudo existir algo que amabas.

Lillian: Sé que tú no has amado a nadie más que a mí, sé que jamás amaste ni siquiera a Elisa. Entiendo esta molestia y sé que es solo un berrinche, pero te aseguro que Alura seguirá teniendo un valor insignificante en mi vida, ya sea hoy o mañana.

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