Lena regresa a su hogar, Ciudad Nacional, después de una apuesta con su mejor amiga, enfrentando en el proceso crisis existenciales. Durante su estancia, conoce a Kara, una joven con un pasado difícil. A través de su relación, Lena descubre el viaje...
Al día siguiente, la conversación que Lena había tenido con su madre había hecho que ella tomara la iniciativa de hablar con Eve, su ex cuñada. Antes de salir a verla, decidió desayunar con Kara, quien aún estaba feliz por lo ocurrido en el viaje.
Lena: Quisiera saber tu opinión sobre algo que ha sucedido.
Kara: ¿Qué es? - Preguntó curiosa. -
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Lena: ¿Recuerdas lo de Mike, lo que te comenté?
Kara: Por supuesto.
Lena: No fui la única que lo notó, mi madre también lo hizo, y en nuestra ausencia, al ver ciertos comportamientos que él tuvo en la mansión, decidió que era buena idea contratar a alguien que lo siguiera y le dijera todo lo que hacía.
Kara: ¿Eso hizo tu madre?
Lena: Sí.
Kara: ¿Y qué pasó?
Lena: Mike, él estaba en contacto con Maxwell, eran íntimos y, como si eso no fuera suficiente, quien lo investigó le entregó pruebas concretas de que él había estado muy interesado en saber todo lo posible sobre ti. - Toma las pruebas que se encuentran sobre la isla de la sala y se las entrega.- Mi madre me las dio antes de nuestro viaje, considero que era lo correcto decírmelo. Como puedes ver, nada de lo que he dicho es mentira, todo está ahí, Kara.
Kara: ¿Cómo llegó esto tan lejos?
Lena: No lo sé, y sinceramente, cuando fui a ver a Maxwell, no lo sospeché.
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Kara: Espera, ¿fuiste a verlo?
Lena: Sí, lo hice antes del viaje.
Kara: ¿Por qué no me dijiste nada?
Lena: Lo estoy haciendo ahora.
Kara: Soy tu esposa, Lena, no puedes hacer cosas así y esperar que pasen unos días para decírmelo.
Lena: Solo quería que todo lo ocurrido quedara en paz.
Kara: Y, por supuesto, arreglarlo tú por tu cuenta.
