Lena regresa a su hogar, Ciudad Nacional, después de una apuesta con su mejor amiga, enfrentando en el proceso crisis existenciales. Durante su estancia, conoce a Kara, una joven con un pasado difícil. A través de su relación, Lena descubre el viaje...
Después de tanto tiempo, aún puedo recordar vívidamente la belleza de Kara. Su encanto era innegable, algo que te atrapaba desde el primer momento en que la veías. No era solo su aspecto físico, aunque sin duda alguna era deslumbrante. Era algo más, algo que emanaba de su interior y hacía que su belleza fuera verdaderamente inolvidable.
Recuerdo claramente el brillo en sus ojos, como dos estrellas que iluminaban mi mundo. Eran tan intensos y llenos de vida, reflejando su alegría y pasión. Cada vez que me miraba, podía verlo.
Su sonrisa, ¡oh, su sonrisa! Era tan radiante y contagiosa que podía iluminar una habitación entera. Cada vez que reía, su risa resonaba en mi alma y hacía que todos mis problemas desaparecieran. Era la melodía más dulce que jamás había escuchado.
El suave roce de su piel era como una caricia en mi corazón. La textura de su pelo, sedoso y brillante, era como acariciar una nube en un día soleado. Cada detalle de su apariencia era perfecto y dejaba una impresión imborrable en mis recuerdos.
Aún puedo recordar cómo se movía con gracia y elegancia. Cada paso que daba era como una danza, un baile en el que no podía apartar los ojos de ella. Su presencia era magnética, hipnótica, y no importaba cuánto tiempo pasara, siempre me quedaba admirando su belleza, fascinado por cada gesto y movimiento que hacía.
Pero más allá de su belleza exterior, era su belleza interior lo que me dejaba sin aliento. Kara irradiaba bondad y generosidad por dondequiera que fuera. Su corazón era grande y puro, lleno de amor y compasión hacia los demás. Siempre estaba dispuesta a ayudar, a ofrecer una palabra amable o un hombro en el que apoyarse. Era una bella persona tanto por dentro como por fuera.
Aunque habían pasado mucho tiempo desde que la vi por última vez, y en el cual sus más cercanos hablaron de ella cada detalle de su belleza sigue grabado en mi mente y en mi corazón. Había sin duda pasado mucho desde entonces, pero su imagen sigue siendo tan vívida como si fuera ayer.
Eve: Mike, Lena se va a casar con Kara.
Mike: ¿Qué?
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Eve: Lo acaban de anunciar, habrá una fiesta en honor a ellas.
Era una tarde soleada cuando Kara llamó a Eve para invitarnos a su compromiso con Lena. Aunque me alegraba por ella y su felicidad, no pude evitar sentir un nudo en el estómago al escuchar la noticia. Mi corazón se llenó de celos y tristeza al imaginarla casándose con otra persona.
Pero ahora, además de eso, me sentía desleal por no ser sincero con Eve, mi actual pareja. Eve era una mujer maravillosa, pero desde que conocí a Kara, mi amor por ella empezó a eclipsar todo lo demás. Me sentía atrapado entre la lealtad hacia Eve y el anhelo de estar con Kara, que está dejara a Lena.
Durante la fiesta de compromiso, traté de ocultar mis sentimientos y sonreír como si todo estuviera bien. Me esforzaba por brindar mi apoyo a Kara y Lena, pero por dentro mi corazón ardía de dolor. Cada vez que veía a Kara sonreírle a Lena, sentía una punzada de envidia y tristeza.
