Capítulo 16

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El calor le abrazo el cuello a Draco y se inclinó atrás. Recordando su cabeza en el bello árbol en el cual estaba recostado. Tenía un libro en su regazo el cual se suponía que debía de leer. Pero no tenía interés en ello. Pasaba las páginas sin siquiera prestarle atención.

El sol se asomaba por las ramas del árbol  dejando ver las sombras de las ojos que bilaban con la brisa.

...

El sofocante calor de agosto no había amainado, incluso cuando los días se acercaban a septiembre y la quemadura de Draco se desvaneció en un rubor dorado en sus hombros.

Había empezado a deleitarse con ello (aunque ahora era más propenso a hacerlo a la sombra o con un sombrero muy grande).

Esta tarde era perfecta para tumbarse y dejando que la brisa lo envuelva frescamente.

Había una vez un Draco que era una pared de hielo, pero a medida que pasaba el tiempo en su nuevo hogar sentía que necesitaba el sol, la luz, el agua, las palabras amables, las caricias, quería seguir esforzándose para recibir todo aquello.

Tres días habían pasado desde que Harry le besó la frente. No podía olvidarlo, no salía de su mente.
Claramente pensaba en ello mientras las gotas saladas rodaban por su bello rostro, el sudor del calor.

....

La mañana siguiente de aquello se despertó temprano con el estómago revuelto. Se poso sobre su espejo y no le gustó su vista.

Le picaba, le picaba todo hasta sus manos.

.....

Harry había mantenido una distancia respetandolo, aunque ambos se mandaban miradas picaras.

Intentando descifrar lo que uno piensa del otro. De saber que piensa de esa noche.

Fue Draco quién arincono a Harry en una esquina y lo besó.

Después volteó la mirada hacia la ventana. Luego nuevamente volteó su rostro y beso a Harry otra vez.

No hablaron de aquello, más bien sus bocas estaban ocupadas metiendo la lengua en el otro y gimieron con deseo.

...

Estaba descansando las ojas ondeaban por el viento. El diente de León y las hojas tomaban su dulce tiempo en crecer.

Draco suspiro lentamente descansando hermosamente.

Casi se queda dormido bajo el cielo y la hermosa brisa.

"¿Te estás divirtiendo?"

Abrió los ojos, se puso de costado y se incorporó con un codo para mirar a Harry, enmarcado contra el cielo.

"Lo estaba", dijo, "hasta que llegaste tú y arruinaste el momento. Sonrió.

Harry sonrió y el traidor pecho de Draco saltó al verlo. Cada vez que contaba un chiste como ese, observaba a su marido con atención, tan seguro de que encontraría los labios fruncidos o los brazos cruzados, algo que le dijera que se suponía que no debía hablarle a Harry de esa manera. Pero eso nunca llegó.

Se sentó al lado de Draco. “¿Qué estás leyendo?”

Unas manos alcanzaron el libro antes de que Draco pudiera siquiera decir el título, y lanzó una mirada poco impresionada en dirección a Harry mientras hojeaba las páginas.

"Algo clásico", dijo, "lo he leído antes". Los dedos de Harry pasaron por las páginas color crema, por encima y por debajo de cada esquina, claro contra oscuro.

Olía como si hubiera estado en los establos.

Draco se mordió el labio inferior y se reclinó contra el tronco del árbol, cerró los ojos con fuerza otra vez.

Estaba ansioso.

Cómo Tomar a un Omega ||Harco||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora