Tal como Shido recordaba de la serie, acababa de sonar la alarma de terremoto espacial. Todos en la clase parecían tranquilos, ya que sabía que los alumnos eran entrenados frecuentemente en simulacros de situaciones como esta.
Sin embargo, había una persona que estaba bastante alterada.
–¡Calmaos todos! ¡No olvidéis las tres reglas! ¡Una sola fila, firme y ordenada!
La profesora Tamae se movía nerviosamente mientras no paraba de gesticular, enfatizando más lo infantil de su carácter. A pesar de ello, los alumnos se levantaban ordenadamente. Nadie hizo ni siquiera un leve gesto de pánico. Como si para ellos esto fuese lo más normal del mundo.
Todos fueron formando una fila excepto cierta genio peliplateada, que abandonó el aula corriendo en dirección a la entrada del instituto según sabía Shido.
Suspiró. Así que la acción ya había empezado. Ya sabía el objetivo de Origami.
–¿Dónde va Tobiichi? –preguntó perplejo Tonomachi–. Esa es la dirección opuesta a donde está el refugio.
–Ni idea –mintió Shido–, pero no te preocupes, seguro que estará bien.
Los alumnos fueron abandonando el aula en dirección al refugio. Pero había alguien más que tenía otros planes.
Se acercó a Rinne para que fuesen juntos. Pero ella...
–Ve solo. Te lo explicaré después –le dijo en un susurro.
Esto sorprendió a Shido. Pero en ese momento no podía pararse a pedirle explicaciones. El tiempo apremiaba.
–O-Oye, ¿A dónde vas tú también, Itsuka?! –gritó extrañado Tonomachi al verle salir corriendo.
–¡Lo siento, tengo algo urgente que hacer! ¡Seguid sin mí! ¡No os preocupéis, estaré bien! –avisó.
A toda prisa, echó a correr hacia las puertas del instituto, tal como hizo Origami. Por suerte nadie le detuvo, ya que en ese momento la entrada al edificio se hallaba desierta.
No se encontró con la peliplateada, pero tampoco le importó. Si le veía, seguro que se pondría a interrogarle, y tampoco podía permitirse eso todavía. Ya trataría con ella cuando se le presentara la ocasión.
Seguramente habría ido a los cuarteles del AST por su equipo. Se preguntó donde quedarían esos cuarteles, aunque tampoco le iba a servir de mucho en ese momento. Enfrentarse a ellas con su nivel de poder sería una locura. Tan solo esperaba que no se mostraran muy hostiles con su presencia cuando se encontraran.
Sacó el teléfono para consultar la dirección exacta del restaurante familiar. Podría haber usado el posicionamiento GPS del teléfono de Kotori como hizo el protagonista de la historia original, pero prefería usar este sistema. Una vez tuvo la localización exacta, y gracias a los recuerdos de su anfitrión, pudo encontrar fácilmente una ruta a seguir que no le tomara demasiado tiempo. No tardó en echar a correr.
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El Jugador y las Espíritus
FanfictionMichael, un jugador de videojuegos y fan de los animes y mangas, se despierta un día en el universo de Date a Live ¡como Itsuka Shido! Para sobrevivir deberá actuar como él con los conocimientos de que dispone de ese mundo, que no son demasiados. En...