12. Desarmado

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La situación de Shido era preocupante. Tenía ante él una docena de sincorazón. Mala Hierba se llamaban, si no recordaba mal. Y le había surgido una misión opcional en la que debía derrotar al menos a seis de ellos sin usar la llave espada. Pero lo peor del asunto era aquella AST que iba tras él, y que no tardaría en aparecer en ese lugar. Por si fuera poco, no podía contar con la ayuda de Tohka ni de Origami, ya que en ese momento ambas estarían peleando entre ellas de nuevo.

Así pues, estaba solo ante el peligro. Lo mejor sería acabar con esto lo antes que pudiera. Pero antes de eso...

–Kotori, será mejor que no me transportéis todavía. Acaban de aparecer varios sincorazón.

–Los hemos detectado, Shido. Y también han aparecido en el aire.

¿En el aire? Él miró hacia arriba y entonces lo vio. Las AST estaban peleando contra unos sincorazón que se veían como unas nubes moradas con ojos amarillos. Si no recordaba mal se llamaban Usurpadores, y aunque eran lentos y débiles, si acertaban con un ataque podían drenar la vida del objetivo. Contó seis.

Y además de ellos, también había otro sincorazón parecido a los Ópera Amarilla contra los que peleó días atrás

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Y además de ellos, también había otro sincorazón parecido a los Ópera Amarilla contra los que peleó días atrás. Pero este tenía un cuerpo negruzco, salvo la parte del cuello que era anaranjada. Su sombrero de bruja era también naranja y terminado en punta. Este era un Tango Escarlata, el cual lanzaba bolas de fuego. En ese momento era la capitana Ryouko quien peleaba contra él.

Quisiera poder ayudarlas, pero en ese momento Shido tenía problemas mucho más apremiantes

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Quisiera poder ayudarlas, pero en ese momento Shido tenía problemas mucho más apremiantes. Debía ir primero a por los que tenía delante.

Sin pensarlo mucho, echó a correr hacia sus enemigos, los cuales le dispararon semillas. Si no fuera por la naturaleza de aquellas criaturas, había podido compararlas con aquellas lanzadoras de guisantes de un adictivo juego para teléfonos en que unas plantas peleaban contra zombis.

Gracias a su habilidad [Voltereta], ahora pudo rodar por el suelo para esquivar los ataques. Y cuando estuvo a una distancia en que supo que no fallaría...

Fire! –gritó apuntando con la mano.

No ocurrió nada. Claro, eso era porque no estaba usando su llave espada. Ya que su magia era cero al no utilizarla, era imposible que el hechizo [Pyro] saliera.

El Jugador y las EspíritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora