1.

55 10 7
                                    

DONOVAN

La luz comienza a filtrarse por el gran ventanal de mi lujosa habitación, lucho internamente porque no quiero abrir mis ojos y tener que iniciar un día más en lo de siempre, los suaves toques que siento en mi rostro solo son la señal de que son las 6 de la mañana y que Candy ya se ha despertado, abro mis ojos para encontrarme con sus linda mirada color avellana que solía enloquecerme en el pasado, no es que ahora no sea así es solo que no es igual, no la veo igual.

Le regalo una sonrisa de boca cerrada y me dirijo al baño, tengo una gran reunión a las 8 de la mañana a como dé lugar tengo que conseguir esa inversión no es como si mi cadena de hoteles dependiese de ello, pero con esa inversión puedo lograr la expansión que llevo meses planificando.

Una vez listo, bajo las escaleras a gran velocidad, saludo de forma cordial a Rosa mi ama de llaves y quién se encarga de todas las cosas en casa, me bebo sin respirar y sin pausas el jugo de naranja que está había servido para mí, dejo un beso en la coronilla de la cabeza de Candy y salgo despavorido de aquel lugar.

Este es mi día a día, voy conduciendo mi camioneta en color negro, acelero cuando veo la oportunidad de hacerlo, en menos de media hora llegó a las oficinas del "The great lord" al entrar en el estacionamiento subterráneo el primero en saludarme es Edward el vigilante de la zona, le doy un asentimiento con mi cabeza y prosigo a mi lugar de estacionar, bajo y voy directo al ascensor marco el piso número 10, al abrirse las puertas y pasar por ellas, Anastasia la nueva secretaria me saluda de forma coqueta yo la ignoro. 

Sabe coger no lo negaré, pero sus juegos estúpidos no son de mi agrado, a medida que camino por el amplio y largo pasillo con pisos de mármol y paredes blancas todos los que trabajan en este nivel me van saludando, llego a mi oficina y entro en ella de inmediato Leisy se proyecta delante de mí.

- Buenos días, señor Donovan – su voz robótica suele perturbarme. 

Solía tener una asistente de carne y hueso, pero después de varias cogidas se volvían torpes, lentas e imprudentes soñaban despiertas con que dejaría a Candy para irme con ellas y darles una vida de reinas y cosas como esas, exprese mi frustración ante la torpeza de mi asistente delante de uno de mis inversores que es pro de la inteligencia artificial y descargo un software en mi sistema que contiene lo último en los avances de la AI dándome a Leisy como mi asistente personal, no negaré que es mucho mejor que tres asistentes de carne y hueso.

- Buenos días Leisy ¿Qué tal van las cosas?.

- Todo bajo control señor, se han hecho los reportes correspondientes y entregado los informes a quienes se debían, todo está en regla, llega usted con 40 minutos de sobra para la próxima reunión.

- Gracias – le digo mientras tomo asiento detrás de mi escritorio hecho en madera pura.

Hace dos años que mi vida se resume a esto, levantarme venir a mis empresas, mover dinero, recursos, crear eventos, conseguir nuevos contratos, ver que mis trabajadores cumplan con sus roles asignados aquí, si alguna me gusta conseguir mi objetivo con ella, viajar, cerrar tratos, ser el anfitrión cuando algún ente de reconocimiento visita alguno de mis hoteles, dictarle órdenes a Leisy para que ella se las dicte al resto de trabajadores, trabajar codo a codo con una inteligencia artificial tiene sus ventajas en especial si es tan eficaz como lo es Leisy.

Cuando el reloj marca las 5:30 pm sé que debo volver a casa, pero eso no me alegra por el contrario quisiera que mi día laboral fuera más extenso, pero con Leisy mis horas de trabajo se redujeron significativamente.

- Señor, Daniel Fuentes solicito una reunión de emergencia con usted, de hecho, señor está en el vestíbulo en este momento.

- Que pase Leisy.

DonovanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora