⁵| ʙᴇᴛʀᴀʏᴇᴅ

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Jane llegó a casa con el corazón en la boca, sabía que su padre no iba a estar contento al verla llegar con la pierna herida. Al abrir la puerta, lo vio parado en el pasillo con los brazos cruzados y una mirada de preocupación y enojo mezclados en su rostro. Jane se sintió culpable al verlo así, sabía que le había mentido y eso solo empeoraría las cosas.

—¿Dónde estabas? ¿Qué te pasó en la pierna?— preguntó Charles Evans con tono serio.

Jane bajó la mirada

— Me caí. Fue solo un accidente —mintió

Su padre frunció el ceño, claramente no creyó en su historia. Jane era inteligente, pero no lo suficiente como para engañarlo; Charles Evans era un maestro, su mente maquinaba a gran velocidad.

—Alec me dijo que Peter ha regresado del blip. ¿Estuviste con él?

Jane tragó saliva, sabiendo que estaba atrapada. Apretó sus puños al ver que Alec la había delatado, no había respetado su tiempo tal como ella lo había pensado.

Guardó silencio, mirando un punto fijo en el suelo

Su padre suspiró frustrado.—Tenemos que seguir con el plan

La chica soltó el aire que tenía retenido, no sabía por qué su corazón latía tan rápido. Era lo que esperaba, ¿no? Sabía perfectamente que Charles no echaría para atrás el plan y eso no debía impresionarla.

—A partir de hoy, entrenarás todos los días, hoy... —la apuntó con su dedo— lucharas contra los poderes de Alec.

Jane abrió levemente su boca, dejando escapar aire nuevamente. En su casa jamás se utilizaban sus poderes unos contra otros, jamás, estaba prohibido. Y el hecho de que su padre lo permitiera le daba escalofríos.

—¿Q-qué? Pero...

Charles la interrumpe— Y no podrás utilizar los tuyos, necesitas afinarte más en resolver situaciones sin utilizar tus poderes.

Ahí fue cuando empezó a sentir que todo se iba a la mierda. El poder de Alec era realmente espeluznante; de solo pensar en que su hermano la iba a dejar ciega y sin sus otros sentidos la desesperaba.

—ve a arreglarte

Los pasos del hombre se alejaron de Jane, ella seguía allí parada pensando en todo, con deseos de no pensar en nada al mismo tiempo. Con su mirada neutra se dirigió a la sala de entrenamiento, no sé arreglaría, no mientras en su cabeza siguiera estando Alec traicionandola.

Con fuerza abrió la compuerta.

Jane miraba con cierta aprehensión a Alec.

—Hermanita, adelante.

—Te dije que no le dijeras nada, aún —reclamó Jane, con una mezcla de enfado y decepción en su voz.

Alec se encogió de hombros con indiferencia.

—Solo pensé que era lo correcto, no quería que lo ocultaras más tiempo.

Ella lo miró fijamente, tratando de encontrar alguna señal de arrepentimiento en su rostro. Pero Alec mantuvo su expresión impasible, sin mostrar ninguna emoción.

𝗧𝗛𝗘 𝗟𝗜𝗘 | ᴘᴇᴛᴇʀ ᴘᴀʀᴋᴇʀ ғᴀɴғɪᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora