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ㅡNo quiero el departamento de vuelta. ㅡafirmó TaeHyung con su maldito desinterés de siempre.

ㅡY yo no lo quiero más. Puedes dejarlo abandonado, o venderlo, o rentarlo, pero por favor firma. 

ㅡJeongGuk, el departamento es tuyo, lo compré para ti y te lo cedí legamente. Si te vas a mudar no es mi problema. Sólo avísame si lo vendes, recuerda que mientras sea tuyo yo pago los impuestos.

Creí que iba a romper mi teléfono por apretarlo tanto gracias a la ira que estaba sintiendo en esos momentos.

ㅡBien ㅡapreté los dientes ㅡ. Lo voy a vender.

ㅡGenial. Puedo ayudarte a conseguir clientes.

No podía verlo, pero podría jurar que tenía la cara más estoica del mundo mientras me contestaba, ¿y yo? Yo estaba retorciéndome de la furia.

ㅡNo, ya... ya has hecho suficiente por mí. 

ㅡTodo por un buen amigo, no me agradezcas.

No te agradecí, engreído de mierda. Y jamás fui tu amigo.

ㅡHay ropa y zapatos tuyos en el departamento. Me iré en dos semanas, así que puedes pasar a recogerlos antes de eso.

ㅡNah. Deshazte de ellos o quédatelos.

Ni siquiera pude continuar y colgué el teléfono.

Me lastimaba su indiferencia, su frialdad. 

Estaba furioso y me sentía patético porque siempre intenté ser como él, o por lo menos aparentar que lo era. Me hice daño por querer obligarme a ser cruel como TaeHyung para poder quedarme a su lado y evitar que se aburriera de mí por ser intenso, emocional o escandaloso.

Pero así era yo y nunca debí tratar de cambiar por él.

Incluso ahora que estaba despojándome de él, incluso en los últimos momentos debía aparentar ser igual que él para no quebrarme y perder.

Al fin lo veía claramente.

No había nada bueno en TaeHyung para mí.

𝐏𝐥𝐚𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐦𝐞𝐬𝐚🔞ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora