𝐏𝐥𝐚𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐦𝐞𝐬𝐚🔞ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ🔞

20

Regresé a Seoul el domingo por la tarde. Pasaron los días y el miércoles Jin me llamó para invitarme a cenar y beber algo. Usualmente salíamos los viernes y sábados, pero como estuve de visita en casa mis padres , tuvimos que posponerlo.

Mientras la panceta se asaba, mi amigo y yo charlábamos.

ㅡNo te imaginas la semana que he tenido y a penas es miércoles. ㅡlloriqueó, dándole vuelta a los trozos de panceta con sus palillos.

ㅡ¿Tan mal estuvo? ㅡsonreí, llenando su vaso con soju.

ㅡTe juro que los rancheros son un grano en el culo ㅡyo me reí por su naturalidad y dejé que siguiera hablando ㅡ. Yo sé bien que cuesta mucho sembrar verduras y criar vacas, pero joder ¡Deberían tener piedad! Subieron los precios a más de un siete por ciento ¿Cómo se supone que eche a andar mi restaurante si las benditas verduras cuestan casi lo mismo que la carne? He estado viajando de pueblo en pueblo en busca de rancheros menos codiciosos y no he encontrado a nadie de buen corazón. Dios... juro que necesito un descanso. ㅡsollozó, bebiendo el líquido de su vaso.

ㅡ¿Por qué no vamos a Jeju? Sé que es poco original, pero siempre es lindo.

ㅡNo tengo argumentos en contra.

ㅡ¡Genial! El próximo mes nos darán un descanso de una semana por la cirugía de mi jefa, podemos programarlo para esas fechas.

ㅡ¿Qué tiene tu jefa? ㅡfrunció el ceño mientras masticaba un pedazo de panceta.

ㅡMiopía. 

ㅡ¿Cirujía láser?

ㅡLa clásica.

ㅡEstará bien.

ㅡ¡Ya! Estábamos con lo del viaje. ㅡlo regañé.

ㅡAh cierto. Dame las fechas exactas y veré si puedo arreglar todo para irme.

ㅡMañana le preguntaré a Charlie si lo recuerda. 

ㅡ¿Por qué no a tu jefa?

ㅡMe da miedo.

ㅡNo me jodas.

ㅡNo le tengo miedo a ella, sino a su aliento. Cualquier intercambio de palabras con ella me revuelve el estómago. Sólo le preguntaré a Charlie y listo.

ㅡHablando de él... podríamos invitarlo.

ㅡ¿A Charlie?

ㅡNo, a Obama.

ㅡLe hablaré de ello mañana, supongo que no puede seguir viviendo en corea sin haber tenido el tradicional fin de semana en Jeju.

Jin me dio un aventón de vuelta a mi departamento, y aunque ahora vivíamos cerca luego de que yo me había mudado, hice un recordatorio mental para comenzar a buscar un auto. Debido a que mi nueva vivienda había costado la mitad de lo que costó la antigua, tenía un buen capital restante que podía usar para comprar un auto. 

Me metí a la ducha a penas llegué, porque así me encantara la barbacoa, oler a ella no era igual de lindo. Salí del baño y no me molesté en cambiarme, encendí el televisor y me quedé mirándolo usando sólo mi bata de baño. Comenzaba a relajarme cuando la programación se detuvo para dar lugar a las noticias, entonces todo mi buen humor se fue a la mierda porque apareció una noticia sobre el éxito que estaba teniendo la nueva maquiladora que ambas familias Kim habían construido.

ㅡ"...dado el éxito de la fábrica es difícil para el público no pensar en un matrimonio arreglado entre los herederos, pero gracias a las recientes entrevistas podemos asegurar que el amor entre el nuevo matrimonio de élite es tan firme como el triunfo de su nueva empresa..."

Apagué el televisor de inmediato.

No necesitaba seguir oyendo cosas sobre TaeHyung, no. Más bien eso era lo último que debía hacer. Gruñí al sentir el llanto atorado de nuevo en mi garganta y mordí mis labios con rabia.

Era por eso que yo evitaba a toda costa escuchar siquiera su nombre, porque sabía bien que ante la más mínima mención, esto iba a suceder; me pondría a llorar en automático y todos mis esfuerzos por estar bien se convertirían en polvo, arrastrándome con ellos.

¿Qué se supone que haces con un corazón roto? Sobre todo cuando eres tú quien decidió romperlo...

...sobre todo cuando sabes que sólo tú mismo puedes arreglarlo.

Me hallaba tan triste que lo único que pude hacer fue buscar lápiz y papel y plasmar allí todo lo que sentía, como una persona que ha sido envenenada y se provoca el vomito en un desesperado intento por sobrevivir.