17

337 47 14
                                    

A la mañana siguiente, antes de las ocho, yo ya estaba en un taxi camino a casa de SeokJin. Lo único que pude pensar al despertar entre las sábanas manchadas fue huir y alejarme de TaeHyung, así que llamé a mi amigo mientras empacaba algo de ropa y mis objetos importantes para decirle que llegaría en un rato.

No iba a seguir viviendo allí, como si estuviera sirviéndome a mí mismo en charola de plata para que TaeHyung fuera y me usara cuando quisiese. El primer paso era no verlo, y no lo iba a lograr viviendo en aquel departamento al cual él tenía acceso. Ni siquiera me importó no haber encontrado a un cliente todavía; estaba decidido a irme.

Me bajé del taxi y subí la angosta callecita que llevaba a la enorme casa de Jin, y una vez que estuve afuera, toqué el timbre. A los pocos segundos pude ver a mi amigo medio dormido, con un ojo cerrado y el otro abierto, un pijama afelpado rosa, el cabello hecho mierda y la cara hinchada.

ㅡLamento haberte despertado un domingo a las seis. ㅡme mordí el labio avergonzado y Jin me bufó en la cara.

ㅡEntra ㅡme dijo ㅡ. No te preocupes, de todas formas prefería despertar temprano escuchándote decir que te mudabas definitivamente, que volver a quedar como un payaso y desvelarme dándote consejos que nunca escuchas.

ㅡHyung... lo siento.

ㅡYa, ya ㅡrenegó, cerrando la puerta cuando ya estaba adentro ㅡ. Lo importante es que estás actuando y no llorando. Volveré a dormir, puedes llevar tus cosas al cuarto de visitas y hacerte algo de comer... yo qué sé.

ㅡBien... ㅡmurmuré, viéndolo subir las escaleras de regreso a su habitación ㅡ... te amo, hyung. 

ㅡ¡Shhh! ㅡy me solté a reír.

Tres días luego de haberme mudado con mi amigo, recibí la primera llamada con respecto al departamento. Era una mujer de unos cuarenta años que quería comprarlo como regalo de bodas para su hijo. Acordamos reunirnos esa misma tarde en el departamento para que ella pudiese verlo y asegurarse de que realmente le gustaba. 

Así que allí estaba yo, a las cinco de la tarde en mi antigua vivienda con una señora que preguntaba todo tipo de cosas, algunas que no pude responder del todo, como que si el piso era radiactivo o que si el retrete se tapaba con facilidad. Aunque decidí tratar de responder lo mejor que pude ya que supuse que quería regalarle un buen lugar a su hijo; además yo necesitaba deshacerme de ese departamento lo más pronto que pudiera.

Al final ella se decidió a comprarlo y programamos una nueva reunión la próxima semana luego de que ella depositara a mi cuenta la mitad del precio.

Una semana más me parecía mucho tiempo, pero realmente nadie más me había llamado ya que el precio era muy caro y no cualquiera podía comprar mi departamento, así que acepté todas las condiciones de la señora sin rechistar.

Llegué a casa de SeokJin cansado de andar de aquí para allá en mi antiguo departamento y me quedé dormido tan pronto como mi cabello se secó luego de ducharme.

Al fin estaba dando el primer paso para poner en orden mi vida.




𝐏𝐥𝐚𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐦𝐞𝐬𝐚🔞ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora