Sus respiraciones entrecortadas eran el eco que retumbaba en sus oídos al correr por todo su barrio.
Katsuki actualmente se encontraba corriendo alrededor de todos los lugares en los que posiblemente podría estar su Deku, y claramente obviaba su propio domicilio, porque algo que el cenizo sabía muy bien es que Izuku no sería capaz de regresar llorando a su casa, porque eso le preocuparía a su querida madre, entonces debe estar aún afuera en algún lugar.
—Mierda... donde te metiste...— Se dijo a si mismo mientras doblaba en la esquina, ya lo había buscando en diferentes calles, en distintos lugares de sus preferidos, entre ellos aquella pastelería que tanto le gustaba a Izuku de pequeño y que aún se encontraba ahí.
El cenizo en su cansancio pudo sonreír un poquito al recordar como aquellas adoradas esmeraldas brillaban cuando la vieja dueña de aquella pastelería hacía los pasteles en vivo en una vitrina que daba hacia la calle. Katsuki lograba mantener esos preciados recuerdos claros como el agua cuando se trataba de la sonrisa del pecoso, de sus risitas, de sus pequeña nariz cuando se pegaba hacia el vidrio y dejaba a veces la marquita de que estuvo ahí observando con admiración y adoración al profesionalismo de una patissiere o una repostera estudiada en Francia.
El cenizo negó con su cabeza y trató de volver al plano terrencial y no dejarse llevar por Izuku, era casi imposible pero en su corazón latiente debía primero buscar a su ser amado y disculparse, tragarse el orgullo... aunque Katsuki en lo calculador que es, ahora no se encontraba al cien por ciento seguro de lo que vaya a pasar con la respuesta del peliverde, no sabría como reaccionará, y puede que las posibilidades de que no le perdone jamás y vuelva... vuelva a marcharse lejos de él es lo que más le duele, lo lastima pero no tanto como debe sentirse en estos instantes su pecoso. El cenizo se detuvo a mitad de camino hacia el último lugar, ese era el parque infantil en el cual jugaban ellos de niños. En ello mira hacia el ocaso formado por aquellas suaves nubes que se extiende sobre el lienzo en tonalidades amarillentas y rosaceas contrastados con el inmerso azul profundo...
"Izuku... ¿dónde estas?"
El crepúsculo llegó e Izuku había calmado su corazón roto por el momento, un suspiro había soltado mientras pasaba suavemente a limpiar los rastros de sus lágrimas, ya está anocheciendo y era momento para él de regresar a su hogar junto a su mamá. Él revisó su teléfono silenciado y algo en sus ojos esmeraldas había captado. Por un lado, no había mensajes de su mamá pero si de Katsuki, le había escrito 43 mensajes y 5 llamadas perdidas, cosa que le asustó al pecoso a quien le temblaban las manos. Era la primera vez que comprendia a sus compañeros de clase cuando ellos tienen llamadas perdidas de sus madres, pero en este caso era de su explosivo amigo de la infancia.
—Ka-Kacchan de verdad...
Habló para si mismo mientras abría los mensajes, poco a poco observaba la desesperación en la que se encontraba Katsuki por hallarlo, existían matices en los mensajes de texto, pasando por un "Deku nerd de mierda llorón, dónde putas estás?!" a un "Maldita sea, contesta mis llamadas nerd pecoso de mierda" y casi al final uno más tranquilo pero podía palpar la desesperación y tristeza con un "Izuku... por favor."
El peliverde en ese entonces decidió llamar al cenizo de vuelta y viendo que la última conexión del cenizo fue hace 5 minutos, él un poco tímido y tembloroso, decidió dejar de lado lo malo y el resentimiento para solo abrir un poco de aquel roto corazón para poder hablar de nuevo con Katsuki. Al marcar, espero en línea hasta que haya una señal de que la otra persona atendiera al otro lado, Izuku con su corazón al mil espero unos instantes al escuchar el cambio del sonido al que la señal contestó en otra persona.
—uhm... ¿Kacchan?— Había contestado Izuku primero, sin embargo tenía aferrada una de sus manos un poco regordetas a nivel de su pecho, sobre todo en el corazón, no quería que este se saliese o peor aún, comenzara a sangran por el posible lado ácido del cenizo....
Pero algo había cambiando en Katsuki y era su voz, la sentía cercana y suave. Casi como si estuviera detrás de él.
—Te encontré.
ESTÁS LEYENDO
My Sweet Deku ♡Katsudeku♡
FanfictionDesde mi puta infancia, te he encontrado adorable y sobre todo irresistible, y cómo no quieres que me enamore cada vez que me llamas "Kacchan" junto a tus malditas sonrisas. Y tengo que tragarme mi puto orgullo solo para admitir que estoy profundame...