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—¡Que bien huele!— Habló la chica del grupo adentrándose a la casa. 

—Uraraka-kun, eso es de mala educación— Regañó Iida, aunque pensara lo mismo. 

Pero no todo era bueno, pues el rubio cenizo caminó con furia hacia la cocina para saber quien carajos estaba preparando la comida. 

Sabía que su madre no era, pues su comida no tiene ese aroma y su padre, quien se encarga de cocinar en casa, se encontraba trabajando a estas horas . . . ¿A no ser que lo despidieron? 

El rubio negó con la cabeza y finalmente se encontraba atravesando la puerta de la cocina. 

—Bakugou— Este era Todoroki quien le seguía, pues él junto a Iida y Uraraka comprobaron que no había señales de algún adulto. Y ahora ellos tres estaban detrás del cenizo. Pero este solo les ignoró. 

Sus ojos carmines estaban abiertos más de lo normal y según Ochako, notó un leve sonrojo sobre sus mejillas, pero la mayor pregunta era saber quien era el responsable de tal acción. 

—¡Deku!— La persona que estaba cocinando se giró con una sonrisa de lo más adorable, algo demasiado puro como su persona. 

—Bienvenido, Kacchan— El cenizo apretó su mandíbula al ver a Deku en su cocina, haciendo el almuerzo con tanto cariño, usando el delantal celeste de su padre— Haz llegado temprano, ¿Acaso...— 

El peliverde abrió sus ojos y rápidamente se calló al ver más personas en la cocina del rubio. La caserola que tenía en sus manos iba a resbalarse y caería al suelo, si no fuera por Bakugou quien logró atraparla y retenerla en las manos protegidas del peliverde. Esto dejó una escena de una pareja recién casada.

—Deku tonto, ten más cuidado— Dijo con suavidad el cenizo, quien de algún milagro no estaba en modo tsundere.

—Gra-gracias, Kacchan— El pecoso se sonrojó por la cercanía, pero esto no le incomodaba, lo que si lo hacía era las fotos que sacaba la chica castaña con una sonrisa maliciosa. 

Deku, o mejor dicho Izuku Midoriya. No tenía idea de quienes eran esas personas, solo sospechó que fueran compañeros de su amigo de la infancia. 

Katsuki notó la incomodidad del más bajo, por lo cual dio una mirada cargada de enojo a los extras de compañeros. Pero la cambió a una de confusión, tenía una ceja alzada al ver las caras de idiotas

La cara redonda le sangraba la nariz y no paraba de tomar fotos con su móvil, el cuatro ojos se le rompieron los lentes y al bastardo mitad mitad estaba sonrojado (esto lo enojó más)

—Bakugou-kun, no sabía que tuvieras esposa— Dijo Uraraka al ver la adorable chica rellenita de cabello corto. Ahí estaba su error.

—¡¿HAH?!—

—BAKUGOU-KUN, aún no acabamos la preparatoria como para estar casado— Habló el de cabellos azules regañando a su compañero. 

—¡¡¡¿HAH?!!!— Mierda y más mierda hablaban cada uno. 

—Maldito suertudo...— Susurró Todoroki mientras caminaba a la esquina más cercana y comenzara a tener pensamientos negativos dentro de su caída de emociones.

—¡¿Tú que dijiste bastardo?!— Katsuki le prestó un poco más de atención a la copia barata de Zuko por el hecho de como miraba a su Deku. 

Pero todo el pleito fue interrumpido por un jalón a su brazo, el pecoso dejó la olla con comida a un lado y tomó cuidadosamente al rubio, sabía que debía calmarlo antes que la casa termine estallando

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Pero todo el pleito fue interrumpido por un jalón a su brazo, el pecoso dejó la olla con comida a un lado y tomó cuidadosamente al rubio, sabía que debía calmarlo antes que la casa termine estallando. 

—Kacchan, ¿Quienes son?— Dijo el rellenito pecoso mientras se ocultaba un poco tímido detrás del cenizo. 

Fue santo remedio para que su coraje disminuyera. Le encantaba sentirse necesitado por el tonto de su Deku, pero no lo demostraba. A cambio, el cenizo se soltó de mala gana mientras chasqueaba su lengua. 

—Este trío de idiotas vienen a hacer un puto proyecto— Habló sin interés. 

—¡Hey!/¡Lenguaje!— La castaña y el peliazul hablaron a la vez, pues a ella no le parecía que los presentara así y a él no le parece que Bakugou usara tantas malas palabras en una sola oración. 

—No somos idiotas— Dijo Ochako con una mirada amenazadora al cenizo. Este solo se marchó hastiado de tener que soportar 4 idiotas y caminó hasta la nevera en busca de un vaso con leche.

— Yo me llamo Ochako, Uraraka Ochako— La chica le sonrió a la supuesta chica tímida, y luego extendió su mano para saludarla. 

—Oh, yo-yo soy Izuku, Izuku Midoriya— Tomó la mano y la movió lentamente.

—Disculpe mis modales, yo soy Iida Tenya—Dijo el peliazul para también tener el saludo tierno de la chica. 

—No, esto— El pecoso también la tomó con timidez— Es un gusto— Dijo con una pequeña sonrisa en sus labios, esto hacía lucir sus regordetas mejillas. 

—Soy Todoroki Shouto— Habló el ya recuperado bicolor quien se acercó con algo más que amistad— Pero— El osado invadió el espacio personal del regordete y estaban demasiado cerca—Puedo ser Todoloquequieras—Y terminó por besar la mano de la "chica". Esto puso incómodo al peliverde quien apartó la mirada con un rubor grande. 

Un azote a una puerta los alertó. Un Kacchan enojado, era un Kacchan peligroso, Todoroki aún quería seguir viviendo por lo cual tuvo que retirarse. Las pisadas se hacían más fuertes e Izuku temía que sucediera lo peor. No tendría palabras para explicarle a Mitsuki-san.

—Ahora sí cabrón, estás muerto— Habló Katsuki apretando sus nudillos listo para golpearlo, pero como siempre, alguien le interrumpe. 

—¡Mocoso de mierda!— Un fuerte zape cayó en la cabellera rubia, y Katsuki levantó su mirada molesta— Oh! Hola chicos, es raro que mi hijo traiga visitas—Habló la madre del rubio. 

"Son iguales" pensaron los tres soprendidos por la actitud y el parecido.

—¡Vieja!— Otro zape— ¿¡Por qué carajos me pegas?!— Preguntó demasiado cabreado. 

—¡No le diga vieja a tu madre! ¡Ten más respeto, crío de mierda!— Ambos les salían chispas por los ojos, pero la adulta recordó a lo que iba— ¡Izu!— La mayor ignoró por completo a su hijo y caminó unos pasos hacia el peliverde, ella le entregó el último ingrediente para el almuerzo.

—Aquí estan los fideos para la pasta— Dijo con una sonrisa—En verdad te agradezco que cocinaras para nosotros— Mitsuki en verdad odiaba cocinar, pero el hijo de su mejor amiga era un pan caído del cielo que se ofreció a cocinar. 

—No se preocupe, Mitsuki-san. Es un gusto para mí— Habló alegre mientras regresaba su atención a la comida. Solo necesitaba hervirlos y la pasta estaría lista. 

—Bueno, ¿Desean jugo?— Ofreció la mayor y los chicos asintieron confundidos— Entonces vayan a la habitación de Katsuki, pronto se los llevo— Al trío no les quedaba más que hacerle caso— Katsuki, llévalos— El rubio solo chasqueó la lengua. 

Odia a su vieja.

Odia a sus compañeros idiotas. 

Pero lo que más odiaba era que Izuku mostrara su sonrisa a otras personas. 

Odia a Izuku, en verdad lo hace. 

My Sweet Deku ♡Katsudeku♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora