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Como si fuera un perro rabioso, el cenizo llevó a sus compañeros a la planta alta hasta su puta habitación. Cada paso que daba era tan escandaloso que Ochako se encontraba temblado de miedo detrás de su compañero de lentes. 

—¿Acaso tendrá rabia?— Susurró al más alto quien iba a responderle, pero el azote de la puerta los detuvo. 

Los tres chicos entraron a la habitación del rubio, quienes pensaron que sería un tremendo desastre pero sus ojos captaron algo diferente. Estaba limpio, ordenado y hasta tenía estética en las paletas de colores negros y grises. 

—Miren basuras— Habló el rabioso— No toquen nada de mis cosas. Segundo, Deku no es mi esposa y tercero, apenas acabamos este trabajo de porquería, se largan— Y como era de esperarse del cenizo, este caminó en busca de una mesa para el suelo y trabajar con ese trío de idiotas.

—Yo creo que tiene rabia— Shoto asintió en esa afirmación en cuanto el dueño se marchó—Además, "Deku" es muy adorable, aún no sé como logra soportar a ese gruñón.

—¿¡Qué dijiste, perra!?—Un ~Hiii~ salió de Ochako cuando escuchó al rubio entrar, y solamente negó.

Para suerte de todos, detrás del cenizo venía un poco tembloroso el chico con una bandeja de bocaditos y jugo.

—Ka-Kacchan, tu mamá me pidió que subiera esto— Uraraka pudo soltar un suspiro de alivio cuando Katsuki dejo de hundir tanto su ceño, pero en cambio este sin previo aviso dejó caer la mesa y los tres quedaron impactados.

—Dile a la vieja que no joda más— Habló de manera "amable"— ¡Y dame esto!— Le quitó de las manos la bandeja e Izuku no le quedo de otra que irse.

—E-espero que les vaya bien— Los tres miraron a Izuku como un ángel y con mucha pena se despidieron con la mano.

—¡¿Ahora que les pasa inútiles?!— La bandeja la dejó caer en su escritorio, y obviamente él tomó los emparedados miniatura que Deku hizo junto al vaso de agua.

"Me conoces bien, Deku" Sonreía para su adentro que en la bandeja se notara la "preferencia" que hizo el maldito nerd de regordetas mejillas, como por ejemplo, le agregó tiras de carne mechada con salsa picante y un vaso de agua. Es un buen aperitivo, aunque él no quiera admitirlo.

—¿Bakugou?— El cenizo regresó a la mierda de realidad y observó que tenía trabajo en equipo con esos idiotas—¿Bakugou? Estás ahí— Hoy Todoroki estaba más expresivo que de costumbre y esto solo lograba que sacaran de sus casillas al cenizo.

—¡Cállate emo bicolor!— Dijo cabreado, una forma habitual de él— Hagamos esta mierda rápido y se largan— Los restantes les quedó decir que sí para evitar problemas.

Nadie quiere hacer enojar a una bomba con patas.

Había pasado media hora desde que empezaron la investigación de su proyecto, pero la vejiga de la castaña iba a explotar, por lo que salió de aquel asfixiante lugar

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Había pasado media hora desde que empezaron la investigación de su proyecto, pero la vejiga de la castaña iba a explotar, por lo que salió de aquel asfixiante lugar.

La chica suspiró aliviada y comenzó a bajar las escaleras. Cuando llegó a la planta baja, ella tenía que doblar a la derecha y seguir recto por el pasillo, sin embargo pasó por el arco que daba la sala y escuchó unas cuantas risas.

Observo a lo lejos a la madre de Bakugou y a Deku conversar amigablemente. Pero la mirada de la peliverde se iba a desviar en su dirección, por lo que como buena espía que es Ochako, se lanzó al suelo y se ocultó tras la pared.

"Escuchar conversaciones ajenas está mal... pero puede ser interesante"

—Hay Izu, el tiempo pasa y pronto están por graduarse— Dijo Mitsuki con extraña tranquilidad, y es que al ver al retoño de su mejor amiga la tranquiliza al igual que su amado esposo— Es una pena que no pudieran graduarse en la misma preparatoria...— Izuku reía nervioso.

—Es por el intercambio que me ofrecieron en Francia, la verdad tuve unos años difíciles para nominar un poco el idioma—

—¡Es cierto! Estuviste por dos años y luego regresaste... Y ya se acaba tu colegiatura online— Izuku asintió con ese tenue color rosado de sus mejillas.

—Sí, ahora tengo más tiempo para aplicar a la Universidad Kohei— La esperanza en la voz de la peliverde le reconfortaba a Ochako.

—¿Y estudiarás gastronomía?— Izuku agrandó su sonrisa.

—Sí, en verdad amo cocinar. Mamá y yo tenemos un sueño— Mitsuki se imaginaba que era— Creo que ya va siendo hora de irme— La peliceniza aún quería conversar con Izuku hasta que su esposo llegue. Ochako se levantó silenciosamente del suelo y corrió al baño, pero al llegar, colocó la puerta entre abierta y observó con uno de sus ojos a la rubia junto a la adorable Izuku. 

—Inko debe estar orgullosa de un hijo tan responsable como tú— Abrazó al menor con amor y se despidieron. 

Desde la lejanía Ochako estaba impactada, asombrada. Tuvo que callar un grito con sus manos y regresó a encerrarse en el baño. 

—No puede ser... creo que me gusta— Sus mejillas se tiñeron de un adorable rosado.


My Sweet Deku ♡Katsudeku♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora