La última reina pantera 🖤🖤🖤

Reina pantera 26

Narra Melina:
Estábamos empezando a acomodar las cosas en la sala para ver películas,  cuando de repente el sonido de mi celular nos interrumpió, mi mamá se acerco a ver quien era y me muestra la pantalla señalando que es mi papá lo cual me parece extraño se supone que aun están en la cacería, tomo el teléfono y respondo.

— Bueno— mi papá se escucha agitado y preocupado lo cual me pone alerta de inmediato.

— Melina cariño, vamos camino al hospital hirieron a Enzo— esas ultimas palabras resuenan en mi mente una y otra vez, mi mamá me pregunta pero solo la ignoro, le doy el celular subo a cambiarme lo mas rapido que puedo, no espero a mis hombres solo me subo en una de mis motos y acelero, mis hombres me alcanzan.

— Esta en el hospital central, su suegra y su madre la alcanzaran en un rato— me grita Hanna que va con Adallina en una de las camionetas, acelero dejando a las camionetas un poco atrás, me metro entre los carros, me paso los altos, casi atropello a un grupo de monjas que iba a cruzar una de las avenidas principales, al llegar al hospital estaciono la moto en un lugar prohibido pero no me importa, solo me bajo y apago la moto dejando las llaves pegadas.

— ¡¿Dónde está?!— entro al hospital gritando, los doctore y enfermeras tratan de calmarme pero en este momento no puedo encontrar calma, mi papá llega conmigo y me dice que ya esta en emergencias y que lo están operando, me dejo caer en sus brazos mientras lloro contra su pecho, los doctores se alejan dándonos espacio.

— ¿Qué fue lo que paso?— pregunto entre llantos, mi padre me guía a donde los demás familia y amigos también esperan noticias.

— Fuimos traicionados por Ruslan, se me hizo raro verlo llegar en su camioneta solo, a él no lo invite por que tu madre y yo teníamos sospechas de que Ruslan era un espía y lo confirmé hoy que llego al bosque, cuando nos sentamos a descansar, él me dijo que iría al baño, luego de un rato los perros empezaron a gruñir y luego empezaron los disparos, tu tío Tally también fue herido pero él no es de gravedad— lloro de rabia y tristeza, ¿como es posible que mi mejor amigo me haya traicionado? me levanto sin secar mis lagrimas, me acerco a uno de mis hombres.

— Quiero que busquen a Ruslan y lo traigan ante mi vivo, yo me encargaré de que conozca el verdadero infierno— asiente y se va con mas hombres, esperamos a que los médicos nos digan que pasa.

— Familiares del señor Enzo Morelli— nos levantamos y sus padres se acercan a él, yo también me acerco — La operación no esta yendo del todo bien, estamos teniendo muchas complicaciones— lo interrumpo poniendo la pistola en su cabeza.

— Mas le vale salvar la vida de mi prometido o le juro que él que va a conocer la muerte será usted doctor ¿quedó claro?— asiente y le dejo de apuntar para que corra a salvar la vida de mi amor, esto Ruslan me lo va a pagar muy caro, no se el motivo de su traición pero lo averiguaré y si no planeo esto solo juro que encontraré al culpable para matarlo de una manera aun mas dolorosa.

Esperamos lo que parece ser una eternidad, hasta que varios doctores salen, todos parecen temerosos, juego con mi pistola pasándola de una mano a otra, el mismo doctor de antes se me acerca tembloroso.

— Hi...hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance pa...para salvarlo pero venía muy grave y no pudimos hacer nada mas— con lágrimas en mis ojos apuntó a la cabeza del doctor y disparo, los demás doctores salen corriendo, saben que yo soy intocable en este país así que lo mejor que pueden hacer es largarse antes de que decida matarlos a todos.

Camino hacia la sala de operaciones siendo guiada por una enfermera que no me teme, el cuerpo de mi amado yace en una mesa de operaciones tapado hasta la cabeza, me acerco con pasos temblorosos, la enfermera se ha ido dejándome sola, quito la sabana que cubre su ahora pálido rostro.

— Perdóname por no estar para protegerte, tu siempre desconfiaste de Ruslan pero yo pensé que sólo eran celos de que era mi mejor amigo, ahora entiendo que no era eso, pero no te preocupes mi amor, te voy a vengar y lo haré sufrir aun mas de lo que lo hicimos con el señor Kozlov, nos veremos en el mas allá— me separo de su cuerpo para dejar un casto beso en sus fríos labios.

El que iba a ser el día mas feliz de mi vida se convierte en uno de los mas infelices pues ahora en vez de estar vestida de blanco estoy vestida de negro por que estoy de luto por el amor de mi vida, las familias de las mafias aliadas que estaban invitadas a m boda para celebrar conmigo hoy me dan el pésame y me miran con pena, todos sabían cuanto nos amábamos, observo en silencio como le hachan tierra al ataúd de Enzo, no hay un sacerdote por que ninguno de nosotros es creyente de alguna religión, bueno los latinos si pero ellos respetan que lo hayamos querido hacer así, todos se despiden de mi y de la familia de Enzo, Lyosha se acerca a mi para decirme algo.

— Lo tenemos— es todo lo que necesito para empezar a caminar a una de las camionetas y subirme para que me lleven a donde lo tienen, la camioneta acelera, no necesito despedirme de Enzo una vez mas, ya lo hice en silencio durante el funeral y ayer en el hospital.

La camioneta se estaciona en una de las bodegas abandonadas que mi familia usa para traer a los traidores, aquí hay gradas para que los que quieran ver como muere un traidor, ahorita están vacías, Ruslan cuelga de unas cadenas que están amarradas en sus muñecas, al verme se pone pálido, no tiene mas que un par de golpes.